Ileana Silvia Sorgentoni. UNR | Ileanasorgentoni@fhumyar.unr.edu

 

ENTREVISTA A RAMÓN FICA CARRASCO

Relato de mis años dorados en la Unidad Popular, Operación Saltamontes, del compañero Salvador Allende

 

 

Introducción

Esta entrevista recopila la experiencia de educación popular de Ramón Fica Carrasco en alfabetización de adultos campesinos en el marco de la Operación Saltamontes, Unidad Popular del presidente Salvador Allende en la región sur Biobío de Chile, durante los años 1970 a 1973.
Repasando las construcciones de la educación popular a través del tiempo en Latinoamérica, podemos situarla en los inicios de los años 60 y 70, aunque algunas personas la ubican en los 80.
Las bases de la educación popular, se generaron al calor de movimientos contra-hegemónicos y resistencias hacia los sistemas opresores y alienantes de la vida y el pensamiento crítico, reflexivo y emancipador. Situándose en contra de la domesticación, la «educación bancaria», directiva, y las prácticas que preparan para la competencia y las guerras. Por ello no podemos dejar de pensar en un hito histórico, agitador de cambios y propulsor de estas corrientes, como lo fue el Mayo Francés en 1968. Este movimiento estudiantil con un legado crítico respecto de la sociedad de consumo, el capitalismo, el imperialismo y el autoritarismo reinante de la época movilizó los cinco continentes. Si pensamos en referentes de educación popular en Latinoamérica, por un lado, encontramos a María Teresa Sirvent y Luis Rigal en Argentina; Paulo Freire en Brasil; y en Venezuela Simón Rodríguez; a su vez, en Perú Amauta José Carlos Mariátegui y Luz Gallo Torres; en Chile, Oscar Jara, entre otros, y al movimiento de Operación Saltamontes cuya experiencia se narra a continuación. Esta Operación que se desarrolla durante la presidencia de Allende fue ocultada por las dictaduras. La educación popular es un «movimiento político-cultural» (Rebellato, 2009 en Cano, 2012: 25) que implica un conjunto diverso de mecanismos y estrategias metodológicas. La realización de talleres como técnica propia de la educación popular fue la práctica vinculada a los ámbitos no escolarizados. Los objetivos en comunes de estas autoras y autores, proponían la construcción de conocimientos en conjunto, la valorización del conocimiento de las poblaciones y las culturas autónomas, el aprendizaje situado y contextualizado y la toma de consciencia política a través de la dialogicidad. Nuestro propósito en este trabajo es repensar los caminos de la Operación Saltamontes para la liberación de los pueblos oprimidos y la formación de docentes intelectuales críticos, reflexivos y transformadores de la realidad social. Se torna obligatorio, para quienes estamos en el campo de la antropología educativa y la formación docente, enaltecer la figura de «maestras y maestros pueblo» aquellas/os que están en cercanía a las personas, construyendo y generando acciones de igualdad y oportunidades justas, solidarias, cooperativas, en armonía y consonancia con la naturaleza; siendo conscientes de los efectos y los impactos de sus prácticas pedagógicas con carácter ético, político-social y cultural.

 

Palabras clave: educación popular, alfabetización, cultura-emancipación


 

 

Ramón Fica Carrasco, nace en Chile en el año 1949. Es profesor en Ciencias de la Educación por la Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario. Licenciado en Educación por la Universidad de Chile. Magíster en Docencia Universitaria por la Universidad Tecnológica de San Nicolás, Provincia de Buenos Aires. Magíster en Educación Universitaria por la Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario. Doctorando por la Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario. Ha sido profesor en diversos institutos de Formación Docente, entre ellos el Instituto Superior del Profesorado N.º 16. «Dr. Bernardo A. Houssay», Rosario, Santa Fe. Actualmente, desarrolla actividad docente de grado en Antropología, Ética y Filosofía y posgrado de Epistemología y Metodología de la Investigación en Facultad de Humanidades y Artes. Universidad Nacional de Rosario.


—Ramón: cuéntanos la experiencia que has tenido en Educación Popular, Alfabetización de adultos Mapuches.

—Bueno, te voy a hacer un pequeño relato de la Operación Saltamontes, educación popular, alfabetización popular, en el Gobierno de Salvador Allende, en el período de la Unidad Popular 1970-1973. Obvio que este relato, va a adolecer de muchas cosas, puesto que han transcurrido tantos años. Sí, es muy importante rescatar esta experiencia que ha sido opacada, ocultada, por los sectores que no quieren que esta experiencia se conozca.
Vamos a empezar por adornar un poco este relato porque es muy triste, muy duro y además muy complejo; pero una alegría tremenda de haber sido parte de esa experiencia popular de gobierno. Por qué digo que es muy triste, porque muchos de los compañeros que participamos en la alfabetización popular, fueron detenidos, torturados, asesinados; muchos están desaparecidos. Hay relatos que son atroces porque en algunas ciudades de Chile, región del sur, especialmente en la provincia de Biobío, los campesinos fueron masacrados; esos a los que nosotros alfabetizamos.

—¿Dónde, cómo, con quiénes y cuándo se lleva a cabo esta experiencia de gestión cultural en territorio?

—Bueno, fue en todo el país de Chile del Norte a Sur donde se trataba de alfabetizar a una gran cantidad de personas que no sabían leer ni escribir. Se alfabetizaba en las caletas, a la orilla del mar, en la precordillera, en comunidades mapuches; a los sectores rurales, a los campesinos que estaban dentro de la reforma agraria. Esto va del año 1970 a 1973.
En 1970, el catorce por ciento de la población chilena, adulta, era analfabeta; más o menos novecientas mil personas no sabían leer ni escribir. El gobierno de Salvador Allende (1908-1973) elaboró un programa de educación para adultos, donde se esperaba alfabetizar hasta el año 1973 a unas ciento cincuenta mil personas. Por medio de cinco mil monitores, cincuenta mil alfabetizadores en coordinación con la central unitaria de trabajadores y las federaciones estudiantiles. Muchas instituciones, organizaciones, tenían programas de educación popular que venían desde muchos años y quizás también, han sido olvidados por una postura política, ideológica esas experiencias. ¿No es cierto?
Las primeras se inician en la Pampa Salitrera con Don Luis Emilio Recabarren Serrano (1876-1924), que es una línea de educación popular basada en el marxismo. La otra línea que funcionó en Chile es la de base cristiana donde sí se hicieron muchas transformaciones porque contaba con la participación de Don Paulo Freire (1921-1997) y con el apoyo de la iglesia católica apostólica romana con el Cardenal Silva Enríquez (1961-1983) y con el cardenal de Brasil, Hélder Camara (1909-1999) esa línea fue la que dio, probablemente, un impacto social muy grande en Chile. Otra línea es la que llamo la filantrópica de los sectores adinerados que intentaban hacer algo de educación popular donde los hijos aspiraban a ser diputados, senadores ya que iban a tener el poder político en sus manos, conocieron la pobreza del pueblo chileno.
En el año 1970, al triunfar el gobierno de Salvador, se generan programas políticos sociales y culturales de transformación de la realidad de mi país. En esa transformación, tanto las estudiantiles, las luchas por la reforma universitaria, me correspondió participar siendo integrante de la Universidad Técnica del Estado de sede Concepción Chile, de un centro de estudiantes de la universidad. Me corresponde integrar la Operación Saltamontes en Concepción; la oficina que nos cobijaba institucionalmente se llama, o llamaba, desarrollo social, que dependía directamente de la oficina del señor presidente. Quiénes integrábamos la operación éramos: estudiantes, antropólogos, sociólogos, psicólogos. Aportes de varios frentes de la Cultura: las ciencias, las artes, teatro. En el caso mío, nos tocaba alfabetizar en la región minera de Lota Coronel. Los Mineros del Carbón de Lota. También en la Isla Santa María, después en la precordillera. Los Saltamontes, éramos un grupo de veintiséis personas. Cuando se llegaba al terreno, lo primero que se hacía, era un diagnóstico, una vez que se hacia el diagnóstico con los trabajadores, con los compañeros que vivían en ese sector, se ingresaba al campo, al terreno, con un gran acto cultural: música, teatro, con artistas de mucho prestigio que estaban en la televisión. Empezábamos a trabajar durante, más o menos, tres semanas en el lugar. Organizábamos centros culturales que tenían que ver con el teatro, con las artes, la educación física; una vez que dejábamos organizados esas estructuras de cultura nos correspondía trasladarnos a otra zona y de ahí el nombre «Saltamontes». Andábamos en Jeep, teníamos proyectores, llevábamos películas a lugares donde nunca se había visto uno. Nunca un artista en directo. Eso fue un impacto tremendamente socio-cultural. Nosotros éramos gestores socioculturales. Se hacía alfabetización, sanidad, se trabajaba en todos los frentes socioculturales, sociopolíticos, para transformar esa amarga realidad que le correspondía vivir a los campesinos, a los mapuches, y a los compañeros mineros de esas zonas. Esta experiencia de educación popular tenía un componente que era despertar y organizar la conciencia social del pueblo.
La derecha, los sectores más reaccionarios nos acusaba de «agitadores culturales, sociales». Palabras sencillas: terroristas. Fue una lucha muy fuerte. Compañeros y compañeras fueron detenidos, torturados, asesinados. Recuerdo las caras de los y las campesinas por primera vez al ver un tocadiscos IRT; cuadernos y libros de la editorial Quimentu, eso modificó forma y estilo de miles de vidas.
Es valioso rescatar esta experiencia para la memoria, la histórica, la antropología cultural. Hay muy poca documentación puesto que fue destruido y hay pocas experiencias de relatos de personas que hemos podido sobrevivir a esta tragedia.
En la educación popular de Chile, juega un papel importantísimo Don Paulo Freire (1921-1997). El gobierno de Estados Unidos, le pide al gobierno de Eduardo Frei Montalva (1964-1970), actual presidente de Chile, que lo expulse cuando Paulo saca libros con una connotación política ideológica sobre la teoría del oprimido; pero de todas maneras, ejerció influencia junto con Ernesto Cardenal, artistas internacionales, escritores, poetas: Julio Cortázar (1914-1984) , Don Pablo Neruda (1904-1973) , Nicolás Guillén (1902-1989) y así una serie de autores que pasaron a ser patrimonio cultural del pueblo chileno en la alfabetización de adultos.



—¿Podrías comentarnos los recursos y las metodologías abordadas en terreno?

—Era importante enseñarles a leer y escribir a los campesinos, puesto que la tecnología que se estaba aplicando en el campo con la reforma agraria, con los manuales, requerían que pudiera leer; y para eso la educación popular era clave en la alfabetización. Imagínate en el año 1970, 1973, el pueblo estaba absolutamente aislado de la tecnología; pero el cambio de la Unidad Popular, las transformaciones políticas sociales y culturales y las nuevas tecnologías exigían con urgencia que el trabajador supiera leer y escribir.
Hay muchas historias de la forma en que los saltamontes trabajamos, que uno lo podría relatar…pero, a veces, al no poder comprender y tener un grado de comprensión de este relato, se puede caer en posturas etnocéntricas, tremendamente por no conocer el contexto político y social donde se desarrollaba. Nosotros para hacer las clases de alfabetización popular, en los primeros años, íbamos a un lugar a trabajar a una Caleta pesquera (Caleta pesquera son los pequeños lugares donde están habitados por grupos muy pequeñitos y donde no puedes llevar nada porque son lugares bastante inhóspitos, subidas, bajadas). Ajeno a todo eso, no teníamos cosas para llevar. ¿Cómo dábamos las clases? (se pregunta). Se escribía con tiza, con carbón, se contaban historias, cuentos, que normalmente, costaba que de primera el campesino se integrara. Por ejemplo, hay un relato hermoso en la forma que Freire rompía el hielo: utilizaba esa palabra generadora. Cuenta una anécdota que él decía que lo primero que íbamos a trabajar era con las maracas. En Chile, maraca, es sinónimo de prostituta. Sabiendo que el resto de los campesinos iba a mofarse de lo que estaba nombrando, lo hacía adrede. Pero Freire, que era un intelectual importante, se refería a las maracas como instrumento musical que hacen ruido…con eso se empezaba a ganar al campesinado. La palabra generadora permitía un acercamiento con los campesinos a través del diálogo, a través de la comunicación.
Mi experiencia, especialmente, en lo que significó la Operación Saltamontes fue tremenda, tremenda. Después de muchos años, nos hemos encontrado con algunos compañeros…pienso que éste relato está prácticamente olvidado en el sentido de la magnitud y el impacto que significó para la alfabetización popular en Chile; fue una experiencia muy rica, diferente a la de México, Brasil, Colombia, Cuba, pero la particularidad que la experiencia de gestión cultural fue institucional; vino de parte del estado, del gobierno de la Unidad Popular. Nosotros nos transformamos en monitores o en guías de carácter sociocultural para la alfabetización de adultos. Teníamos un cura que participaba en todo lo que es de la eucaristía sacramental, pero desde el sentido de las iglesias tercer mundistas…teníamos gente de artes marciales que impactaban tremendamente en los y las campesinas. Hay una experiencia de una chica que es la que desafía a un pescador, imagínate un pescador, tremendo cuerpo físico, para pelear un día domingo. En la plaza se congregó la gente para verlo. Para el hombre, obvio, asumía que era fácil. Pero: ¿cuál fue la realidad? Él no sabía que esta flaquita sabía artes marciales. A partir de allí se discutía esto del machismo, esto del autoritarismo, esto de, para nosotros, estructuras anacrónicas, arcaicas, dentro del campo de la sociología; ahí se discutía. Teníamos personalidades del campo de la psicología, del campo de la antropología, y dentro de los antropólogos, que eran rosarinos, Edgardo Garbulsky (1941-2007) exiliados; pedagogos como Ovide Menin (1927-2015); y muchos intelectuales de todos los países.

 

—¿En qué estado de situación se encuentra la corriente de alfabetización que ustedes realizaron bajo el nombre de Operación Saltamontes?

—Después del golpe de estado de la dictadura militar, se borró de un «plumazo» actualmente de la Operación Saltamontes no se habla, absolutamente, nada.

—¿Cuáles son las bases de la educación popular que toma como referencia?

—Esta pregunta se relaciona con la anterior, en estos momentos, todo el trabajo de la Operación Saltamontes, como de los logros y conquistas de la educación popular del gobierno de Salvador Allende están absolutamente borradas; solamente algunos partidos políticos recuerdan algunos hechos históricos, pero en cuanto a la operación… no se habla de eso. No te olvides que fusilaron mucha gente y la desaparecieron también. Eso está muy latente y se ha olvidado.

—¿Qué registros hay de esta experiencia de educación no escolarizada?

—Actualmente hay muy poca documentación en Chile. Hay algunos investigadores que, en un congreso de México, aparece algo. Si tú puedes ingresar a las páginas y colocas su nombre en el año 1972 al 1973, vas a encontrar algo muy, muy poquito de esa época. (Suspira)

—¿Qué sugerirías para poder encauzar estas prácticas de gestión cultural al hoy?

—Ahora es complicado por los gobiernos actuales de derecha, neoliberales que no les interesa esto, aunque en lo más profundo sí les interese y tratan de borrarlo. En cuanto a la educación popular hay universidades que han tratado de retomar estas experiencias, pero en forma muy liviana por todo lo que significó la base marxista. La que más se utiliza es la educación popular de base cristiana que tiene como fundamento la hermenéutica progresiva o progresista.

—¿Qué querrías dejar plasmado?

—Es una obligación moral de nosotros que estamos en el campo de la antropología educativa, rescatar, para la memoria histórica, experiencias pedagógicas de educación popular en nuestro continente. Me corresponde ser parte del relato porque tuve la suerte de sobrevivir y les puedo contar la experiencia de la Operación Saltamontes del gobierno de la Unidad Popular que duró hasta el golpe de estado de Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973.



A modo de reflexión

Ramón es una persona con muchas cualidades: sensible, humilde, y generoso al extremo; militante de la educación popular, con una mezcla de experticia teórica y práctica. Sobrevivió y luchó contra gobiernos nefastos que han delimitado donde él y su familia debían vivir para seguir con vida. Nunca olvida su tragedia y, cito sus palabras: «jamás se sienta con personas traidoras». Algunas/os tenemos la fortuna de compartir espacios de trabajo, conocerlo, y aprender todos los días de él. Podemos decir que su relato nos habla de una vida muy enriquecedora, golpeada y atravesada por lo injusto de las dictaduras. Es imprescindible abordarlo, resignificarlo, revitalizarlo porque su experiencia de alfabetización referencia la memoria de los pueblos campesinos y los derechos humanos. En él se evidencian concepciones de pensar, la educación, la cultura, la construcción de conocimiento junto a otras personas; el respeto por la vida y las experiencias de otras culturas en territorio. Estas prácticas nos enriquecen porque tratan de interpelar las construcciones socio-etnocéntricas, neoliberales, neoconservadoras, socio-etnocidas y discriminatorias que se generan, en parte, cuando una cultura se piensa dominante con derechos de explotación por sobre otra subalterna ejerciendo sus mecanismos de control cultural. A su vez, nos hacen tomar conciencia y acción sobre aquellos países colonialistas e imperialistas que tratan de imponer sus propias formas con múltiples mecanismos de violencia. Los Saltamontes utilizaban la educación como herramienta de construcción de prácticas de ciudadanía concebidas por instancias enriquecedoras que se ofrecían a las personas para que realicen actividades que las preparan para ejercer su ciudadanía cultivando virtudes cívicas generando libertad de expresión.
Es nuestro legado como educadores bregar en contra del idiocidio, aquella repetición de ideas, conceptos y categorías sin contextualizar que nos son pensadas para el territorio. Será nuestra responsabilidad ética, moral y política denunciarlas, como también reivindicar experiencias en territorio como la de Los Saltamontes para seguir fortaleciendo prácticas de ciudadanía y formación de intelectuales críticos y transformadores de la realidad.

Ahí radica la gran tarea humanista e histórica de los oprimidos: liberarse a sí mismos y liberar a los opresores. Estos, que oprimen, explotan y violentan en razón de su poder, no pueden tener en dicho poder la fuerza de la liberación de los oprimidos ni de sí mismos. Sólo el poder que renace de la debilidad de los oprimidos será lo suficientemente fuerte para liberar a ambos (Freire, 1994: 2).

 

Referencias bibliográficas

CANO, Agustín (2012). La metodología de taller en los procesos de educación popular. Revista Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales, 2 (2), 22-51. En Memoria Académica. [Consulta: 15 de julio de 2020] Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.5653/pr.5653.pdf

FICA, Ramón (2005). Reflexión epistemológica: Introducción a la investigación cualitativa. El estudio de casos. Ficha pedagógica NAE. Rosario, Argentina.

FREIRE, Paulo (1994). Pedagogía del oprimido. Buenos Aires: Siglo xxi





Datos de autora
Ileana Silvia Sorgentoni

Profesora en Ciencias de la Educación, Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario. Licenciada en Gestión, Facultad de Ciencias de la Educación y Psicopedagogía, Universidad Abierta Interamericana. Diplomada en Ciencias Políticas, Fundación Instituto Latinoamericano de Desarrollo Social y Salud, Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología. Maestranda en Gestión y Asesoramiento de las Organizaciones Educativas, Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario. Miembro de enREDando Salud, un espacio impulsado por Fundación FEIM (Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer y RedNac (Red Nacional de Jóvenes para la Salud Sexual y Reproductiva). Profesora de Núcleo Antropológico Educativo en la carrera de Ciencias de la Educación, Facultad, Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario. Profesora de Didáctica y Formación Docente en la carrera de Psicopedagogía y Ciencias de la Educación, Facultad de Ciencias de la Educación y Psicopedagogía, Universidad Abierta Interamericana. Profesora de Educación Nutricional, Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad de Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Docente voluntaria y activista en Organización en Barrios Populares: «La Mecha Sigue Encendida», Rosario, Santa Fe.


Fecha de recepción: 30/4/2020
Fecha de aceptación: 16/7/2020