Thoughts about university extension work in an island territory: the project “Pulling networks” in Villa Paranacito and surrounding areas (Entre Ríos, Argentina)
DOI: http://doi.org/10.33255/25914669/7219
María Clara Melchiori https://orcid.org/0009-0002-9595-1521
Facultad de Bromatología Universidad Nacional de Entre Ríos mariaclara.melchiori@uner.edu.ar Gualeguaychú, Entre Ríos
Argentina
Mercedes Piaggio https://orcid.org/0000-0002-4456-9288
Facultad de Bromatología Universidad Nacional de Entre Ríos mercedes.piaggio@uner.edu.ar Gualeguaychú, Entre Ríos
Argentina
Salomé Vuarant https://orcid.org/0000-0002-0341-6007 Instituto de Estudios Sociales (InES) CONICET-Universidad Nacional de Entre Ríos salome.vuarant@uner.edu.ar
Paraná, Entre Ríos
Argentina
Alicia Élida García https://orcid.org/0009-0000-3779-579X
Facultad de Bromatología Universidad Nacional de Entre Ríos alicia.garcia@uner.edu.ar Gualeguaychú, Entre Ríos
Argentina
En el presente artículo recuperamos la experiencia de trabajo desarro- llada en el año 2022 a través de un proyecto de extensión universitaria financiado por la Universidad Nacional de Entre Ríos. En este se apuntó a promover el consumo de pescado de río y visibilizar el rol de las co- munidades pescadoras artesanales en el contexto del año declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como el año de la pesca artesanal y la acuicultura. La práctica extensionista fue planteada desde un campo epistemológi- co fundamentado en la concepción crítica y dialógica de la extensión, por el cual se consideró un abordaje multi-actoral, multidimensional e interdisciplinario desde el campo de la salud, la nutrición, la cultura y las ciencias sociales.
In this article we recover the work experience developed in 2022 throu- gh a university extension project funded by the National University of Entre Ríos. This aimed to promote the consumption of river fish and make visible the role of artisanal fishing communities in the con- text of the year declared by the Food and Agriculture Organization of artisanal fishing and aquaculture. The practice was raised from an epistemological field based on the critical and dialogic conception of extension which considered a multi-actor, multidimensional and inter-
disciplinary approach from the field of health, nutrition, culture and social sciences.
- Artisanal fishing
En el presente artículo reflexionamos sobre el accionar de un equipo de extensión universitaria en el territorio isleño del sur de la provincia de Entre Ríos, haciendo un especial hincapié en la temática que recorre el dossier, es decir, en las dinámicas socio-territoriales desplegadas espacialmente y en la vida cotidiana de los actores involucrados.
El proyecto “Tirando Redes” surgió por la iniciativa de un grupo de docentes universitarias/os de la Licenciatura en nutrición perteneciente a la Facultad de Bromatología de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) en la ciudad de Gualeguaychú; y se ejecutó en el 2022, año declarado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como el año internacional de la pesca y acuicultura artesanal.
Como objetivos de este trabajo nos proponemos caracterizar tanto el territorio de Villa Paranacito en el departamento Islas como la ciudad de Gualeguaychú (provincia de Entre Ríos, Argentina) y sistematizar las acciones realizadas por el equipo de extensión universitaria constituido, balanceando las actividades llevadas a cabo, las dificultades que se presentaron, y los logros que se obtuvieron durante el 2022. Asimismo, nos proponemos revisar la práctica desde la perspectiva epistemológica que guio el proceso desde el diseño mismo del proyecto. Si bien fue un proyecto de extensión, los docentes participantes, a cargo de cátedras iniciales y terminales de la Licenciatura en Nutrición, hemos pensado este proceso como una integración de las funciones de extensión, docencia e investigación; por tal motivo, pretendemos explorar algunas de las repercusiones que la intervención produjo en la vida cotidiana de los actores territoriales y también dentro de nuestras prácticas como sujetos universitarios.
Las acciones enmarcadas dentro de este proyecto son una continuidad de una línea de trabajo que ha recogido grandes resultados por parte de la Facultad de Bromatología (UNER) en sus vínculos y beneficios para la comunidad. En dicho sentido, el proyecto “Tirando Redes” (2022) es continuidad del proyecto de extensión “Los frutos y los pasos de mi pueblo” (2021) presentado en la convocatoria “Proyectos de extensión en la emergencia 2021”. Estos proyectos y sus recorridos son una muestra del compromiso con la salud y la necesidad de fortalecer los vínculos entre organismos, instituciones, la educación superior y la comunidad, en post de un crecimiento como país y como sociedad.
El artículo, además de la introducción, se ordena en cuatro momentos. En el primero, se presenta el punto de partida del proyecto, explicitando las características de conformación del equipo, y el enfoque teórico y metodológico desde el cual se interviene. En el segundo, se presenta una caracterización del territorio del departamento Islas, de los actores e instituciones que tienen presencia en Villa Paranacito; y una contextualización breve de Gualeguaychú donde se encuentra
localizada la unidad académica que dio impulso a esta iniciativa. En una tercera sección, se enumeran y se describen las acciones desarrolladas por parte del equipo de extensión durante el año internacional de la pesca y acuicultura artesanal. Por último, se formulan reflexiones, debates, aprendizajes expresados por parte del equipo, y las conclusiones del trabajo.
El proyecto de extensión universitaria denominado “Tirando Redes” tuvo lugar a lo largo del año 2022. En el mismo confluyen los trabajos de cuatro equipos de cátedras de la carrera Licenciatura en nutrición (Problemática Nutricional de primer año; y, Nutrición y Salud Pública; Educación y Comunicación Alimentario Nutricional; y, Deontología profesional de cuarto año) de la Facultad de Bromatología UNER. El objetivo consistió en realizar un trabajo territorial entre docentes y estudiantes en dónde se pusiera en tensión una temática ligada a la alimentación, a la nutrición y a la salud pública. En este sentido, se abordó la problemática del consumo de pescado de río y; a su vez; se indagó en la oferta gastronómica de este alimento que posee un alto valor nutricional. De este modo, el proyecto surgió a partir de la necesidad de estimular tanto el consumo, como el agregado en valor y la oferta de pescado para la comunidad.
En este marco, se apuntó a trabajar mancomunadamente con diferentes actores de la cadena alimentaria para fortalecer y visibilizar el trabajo de los pescadores artesanales, y al mismo tiempo para favorecer la soberanía alimentaria y las economías regionales. Cabe destacar que, si bien se eligió el territorio específico de Villa Paranacito (departamento Islas del Ibicuy) por sus características isleñas, el proyecto también realizó varias actividades simultáneas en la ciudad de Gualeguaychú, debido a que aquí se encuentra ubicada la Facultad de Bromatología, y es el espacio en el que habitan la mayoría de los docentes, estudiantes y extensionistas que integraron el proyecto. Mientras que, las últimas actividades del proyecto también se presentaron en Pueblo Belgrano.
Como punto de partida, las/os integrantes del proyecto consideramos la declaración de Naciones Unidas para el año 2022 en la que se proclama el año internacional de la Pesca artesanal y la Acuicultura (2022). En consonancia con ello, en el marco de las actividades del proyecto se propusieron espacios de diálogo entre diferentes actores involucrados en la temática a modo de favorecer el vínculo de los pescadores artesanales entre sí con el sector gastronómico local, con las instituciones de ciencia y técnica, con los artistas locales a partir de visibilizar la problemática por el acceso al río, a los alimentos, a la naturaleza y con las instituciones educativas.
El proyecto se propuso trabajar en etapas a partir de tres dimensiones de trabajo: una cultural, una técnica y otra social. La primera dimensión, la cultural, se
propuso visibilizar la vida cotidiana de las familias pescadoras, así como también difundir socialmente la problemática en torno al consumo de pescado de río dando a conocer a la sociedad la variedad de especies de peces que existen para su consumo. La segunda, una dimensión técnica, se propuso transmitir al público en general acerca de las formas correctas de conservación de pescado fresco, sobre las estrategias para evitar las pérdidas por alteración microbiana, advertir de los problemas sanitarios que pueden derivar de una mala manipulación de los productos e indagar en la oferta gastronómica local de pescado de río. La tercera dimensión, la social, planteó fundamentalmente una estrategia de realización de mapeos participativos a través de una sistematización de capas de información.
Cabe destacar desde la práctica académica, la mirada interdisciplinaria que caracterizó al equipo, pues el proyecto fue pensado y escrito como una real propuesta de integración de funciones universitarias. Lo anterior se comprueba en la conformación del equipo y el involucramiento de cátedras tanto iniciales como terminales de la Licenciatura en Nutrición de la Facultad de Bromatología UNER en la localidad de Gualeguaychú.
Nos centramos en una “concepción crítica” de la extensión universitaria, comprendiendo a esta acción desde una pedagogía transformadora en la que se construye un diálogo de saberes entre los actores comunitarios, los estudiantes, los docentes, extensionistas e investigadores.
En efecto, Tommasino y Cano (2016) plantean que en las Universidades del Mercosur priman dos modelos de hacer y de plantear la extensión universitaria. El primero de estos, ha sido de tipo “difusionista o transferencista” en el cual se plantea el espacio de la extensión como novedoso con respecto al aula tradicional, pero donde el docente sigue teniendo un rol preponderante y se ve a los alumnos desde una condición pasiva, es decir, en la que prevalece una concepción bancarizada de la enseñanza e incluso del proceso de extensión. Mientras que, el segundo tipo, se caracteriza por una “extensión crítica” que se refiere a la concepción extensionista heredada de la perspectiva del pedagogo brasileño Paulo Freire (p. 8). En torno a ello reflexionan:
“La extensión concebida como un proceso crítico y dialógico se propone, en cambio, trascender la formación exclusivamente técnica que genera la universidad “fábrica de profesionales” (Carlevaro, 2010) y alcanzar procesos formativos integrales que generen universitarios solidarios y comprometidos con los procesos de transformación de las sociedades latinoamericanas. En segundo lugar, en su dimensión política, esta perspectiva de la extensión se propone contribuir a los procesos de organización y autonomía de los sectores populares subalternos intentando aportar a la generación de procesos de poder popular. Estos dos objetivos tienen una vinculación dialéctica y orgánica.” (Tommasino y Cano, 2016, p. 9).
El proyecto “Tirando Redes” apuntó a generar un gran interrogante en torno
a una problemática alimentaria y buscó responder a este a partir de un diálogo horizontal de saberes entre los más heterogéneos actores comunitarios, incluidos los trabajadores gastronómicos, los trabajadores de la cultura y de las bibliotecas populares, los docentes de escuelas, los padres de los niños que asisten a las escuelas en islas, las/os niñas/os en edad escolar, los dueños de pescaderías y restaurantes en Gualeguaychú, las/os pescadores/as artesanales isleños, las trabajadoras de los comedores escolares, sumado al público en general y a algunas instituciones estatales que se interesaron en el proyecto. Al mismo tiempo, se promovió la transformación crítica de las/os estudiantes universitarios y docentes de la universidad en el marco de su formación humana y profesional.
El diálogo se extendió hacia la Universidad Autónoma de Entre Ríos, UADER, a través de la participación de estudiantes de la licenciatura en Gestión ambiental. Desde la idea inicial que era la necesidad de fortalecer el sector de la pesca artesanal, comunicar los beneficios de incluir en la dieta este grupo de alimentos, favorecer la soberanía alimentaria y las economías regionales, el proyecto fue ampliándose en forma de ondas concéntricas generadas por esos espacios de diálogo, de manera que los vínculos entre los actores convocados se fortalecieron notablemente.
El equipo estuvo constituido por docentes y estudiantes de las cátedras mencionadas, agentes de los sectores invitados también mencionados y la presencia de una investigadora experta en ciencias sociales que trabajó durante 2022 en Villa Paranacito, departamento Islas, y en Gualeguaychú y Pueblo Belgrano, ambas en el departamento Gualeguaychú.
Desde el inicio del proyecto, se consideró además un documento sobre orientaciones técnicas para considerar la pesca responsable (FAO, 2006). En este documento se presentan como diagnóstico las situaciones de desigualdad, de pobreza, y de inseguridad alimentaria que a menudo atraviesan las comunidades pesqueras de pequeña escala a nivel global, y por tal motivo, proponen englobar a los actores de la pesca artesanal en la participación de la formulación de políticas públicas para el sector para revertir los condicionantes estructurales que recaen sobre estos grupos de población. Señala el documento:
“Si bien en muchos casos se tiene muy poca información exacta sobre la contribución real de la pesca en pequeña escala a los medios de subsistencia y economías de los países en desarrollo y aunque muchas comunidades de pesca en pequeña escala son pobres y vulnerables, se reconoce ahora ampliamente que la pesca en pequeña escala puede generar notables beneficios, tener capacidad para recuperarse de conmociones y crisis y aportar contribuciones significativas a la mitigación de la pobreza y a la seguridad alimentaria.” (FAO, 2006, p. 20).
Consideramos que a través de este proyecto fue posible contribuir a una valorización del recurso pesquero como un alimento nutritivo y saludable para la comunidad, a una concientización sobre el cuidado del ambiente y a una valoración
sobre el patrimonio cultural.
Villa Paranacito está ubicado a unos 95 km al sur de la ciudad de Gualeguaychú (provincia de Entre Ríos) y a unos 103 km al norte de la Capital Federal (provincia de Buenos Aires). Sus pobladores mantienen una relación cultural y comercial muy estrecha con los habitantes de las localidades de la provincia de Buenos Aires, tales como Zárate y Campana, y también con la ciudad de Nueva Palmira en la República Oriental del Uruguay. Su principal ruta de acceso de forma terrestre es la Ruta Provincial 46, tramo de ripio que conecta la planta urbana hacia el oeste con la Ruta Nacional 12.
La localidad de Villa Paranacito es ciudad cabecera del departamento Islas del Ibicuy (figura 1), se encuentra ubicada en el bajo delta del río Paraná, es una región húmeda que está constituida por más de una centena de cursos de agua superficiales. Esta zona presenta un régimen hidrológico bidireccional caracterizado, particularmente, por las crecidas del río Paraná – a través de sus brazos río Paraná Guazú y río Paraná Bravo- pero además se ve afectado por las crecidas del río Uruguay. El bajo delta integra un mosaico de humedales que engloba el complejo deltaico y alberga una valiosísima diversidad biológica en su ecosistema. En el siguiente mapa extraído del Instituto Geográfico Nacional se puede ver la zona deltaica, las islas y los cursos de agua sobre los cuales se asienta la localidad de Villa Paranacito en el sureste de la provincia de Entre Ríos.
Villa Paranacito registra en la actualidad- según el Censo Nacional de Población
y Viviendas 2022- unos 6. 000 habitantes que se ubican tanto en su casco urbano como también en su zona rural e isleña (Municipalidad de Paranacito). Mientras que el departamento Islas en su conjunto posee una población estimada de 14.000 habitantes según este último censo (INDEC). El ejido de Paranacito tiene alrededor de 197 mil hectáreas (Entre Ríos Turismo). El municipio comprende la localidad del mismo nombre, la localidad de Arroyo Martínez y áreas rurales e insulares.
Entre sus principales actividades económicas se destacan la forestal, la ganadería, la pesca comercial, y el turismo rural- deportivo. Entre sus atractivos se destacan las actividades náuticas, los recorridos fotográficos, los avistajes de aves, el reconocimiento de flora autóctona, las salidas en bicicleta y las caminatas por las islas.
Entre su paisaje cultural se destacan viviendas elevadas de la altura del suelo, construidas sobre pilotes para resguardarse de las crecientes de los ríos. Las embarcaciones son un medio de transporte cotidiano en la vida de los isleños. Hay lanchones escolares que trasladan a los niños y docentes hasta las escuelas. En este escenario, se destacan las figuras de los lancheros y también la figura del botero, que es un servicio tradicional para cruzar a la Isla 9, además de la balsa que cruza a los vehículos. En la Isla 9 está ubicado el Hospital de Villa Paranacito, un barrio y algunos servicios turísticos.
Estos datos dan cuenta de la dispersión geográfica en la que transcurre la vida de los habitantes isleños en el Ejido de Paranacito. Hay muchas familias que viven islas adentro y raramente visitan el casco urbano de la localidad. Asimismo, el aumento regular en el precio del combustible para trasladarse en las embarcaciones es una limitación para la movilidad. Incluso la venta de pescado o de mercancías a menudo se produce islas adentro, dado que no les conviene trasladarse al casco urbano para vender pescado pues el precio de venta de pescado es inferior al costo que supone el obtener combustible suficiente para trasladarse por las islas.
Esta región del Delta fue habitada originariamente por la cultura Chaná y Guaraní (Piccoli y Peccin, 2020), y en la que arribaron, posteriormente, numerosas corrientes migratorias. Tal como señalan las autoras Piccoli y Peccin (2020) en torno a los habitantes del Delta: “la presencia de pueblos originarios en esta zona está incorporado a su saber desde la cotidianidad. En la zona existen numerosos cerros indios, reconocidos por los pobladores y en algunos casos utilizados para edificar sobre ellos, aprovechando la altura” (p.15).
En lo que respecta a la cultura Chaná, Piccoli y Peccin (2020) señalan que se caracterizaron por su estilo de vida nómade y por generar una economía de subsistencia. Su dieta estaba basada en productos obtenidos de la pesca, de la caza de animales y/o recolectados de la naturaleza, como el venado de los pantanos, ciervo, nutria, dátiles, vainas de algarroba, miel, entre otros. En relación con las zonas que escogieron para asentarse subrayan lo siguiente:
“Establecieron sus asentamientos a la vera de los ríos, arroyos y lagunas sobre zonas bajas ribereñas. Estas porciones de tierra anegadizas, donde conseguían sus alimentos, los habría obligado a seleccionar zonas altas, o a rellenar más aun haciendo una elevación “cerritos”, para armar sus campamentos y desarrollar su vida cotidiana disponiéndose de un lugar para cocinar, dormir y también un lugar como enterratorio o cementerio.” (Piccoli y Peccin, 2020, p.21)
En lo concerniente a la cultura de los guaraníes o chandules (guaraníes de las islas) fueron originarios de la región Guayrá (Brasil) y se asentaron en Argentina en el Siglo XV poblando el Delta inferior del río Paraná, y las islas frente a Victoria y Diamante. También se asentaron sobre el curso inferior del río Uruguay. Presentaron la característica de ser buenos navegantes y comerciantes. Realizaban el comercio a través del trueque navegando los ríos Paraguay, Paraná, Uruguay y sus afluentes. Fundamentan las autoras Piccoli y Peccin (2020) respecto al pueblo guaraní:
“El modo de vida semisedentario sin duda estaba vinculado principalmente con la práctica de la horticultura y sus necesidades de permanecer en un mismo sitio por períodos de tiempo prolongado de dos a seis años. Cuando los campos de cultivo perdían su fertilidad, los guaraníes debían tomar sus pertenencias y mudarse en busca de mejores tierras y cotos de caza y pesca.” (Piccoli y Peccin, 2020, p.23).
Posteriormente a estas culturas originarias, en las últimas décadas del siglo XIX y principios del siglo XX, se fueron estableciendo criollos y fueron arribando inmigrantes, quienes caracterizan la actual conformación regional. De a poco, estos nuevos pobladores que se fueron esparciendo y asentado en los arroyos de la zona (por el río Paranacito, arroyo Sagastume Grande, Baltazar Grande y otras zonas) dieron formación a asentamientos permanentes y se especializaron en el cultivo intensivo de frutales en el marco de pequeñas unidades familiares. Resaltan las autoras:
“Los primeros pobladores inmigrantes, se van esparciendo y asentando en los diferentes arroyos de la zona. Traídos por infinidad de circunstancias, como, huyendo de las guerras, buscando prosperidad, aventurarse a nuevas oportunidades, atraídos por empresas que promocionan el delta o por el propio gobierno, que ofrecía arrendar tierras fiscales, con el compromiso de trabajarlas, para luego escriturar a su nombre.” (Piccoli y Peccin, 2020, p.48)
Asimismo, en relación con datos de población para la primera mitad del siglo XX, un Semanario resalta lo siguiente:
“Para el año 1942, el Semanario Resumen del 9 de noviembre de ese año, publica
que la población de las Islas era de 5000 habitantes, que lo componían 3000 hombres y 2000 mujeres. La población era más bien cosmopolita, existiendo 63 italianos, 89 españoles, 172 alemanes y 211 personas de otras nacionalidades.” (citado en Piccoli y Peccin, 2020, p.48).
Estos datos contrastan con la población estimada para el Censo de Población y Viviendas 2022. En relación con ello, podemos sostener que prácticamente se triplicó la población en el departamento Islas (14.000 habitantes) y que en Villa Paranacito la población urbana alcanzó los 6.000 habitantes.
En este espacio local tienen lugar distintas fiestas populares, tales como: la Fiesta del Pejerrey entrerriano, el Día del Isleño y la Fiesta Patronal de Nuestra Señora de las Islas cada 31 de octubre (esta fiesta patronal contempla una peregrinación náutica), y la Fiesta de las Carrozas Náuticas que se celebra en el mes de noviembre de cada año y en la que los estudiantes tienen un lugar destacado en la construcción de las carrozas. También en épocas de carnaval, se celebra el festival Paranacito Vivo y los corsos Doña Tata.
Entre otras instituciones claves en Villa Paranacito, que fueron identificadas en los talleres de mapeos participativos y en el trabajo territorial, podemos destacar el Centro Integrador Comunitario (CIC), el Hospital, un hogar de ancianos, un jardín maternal, un espacio para atender cuestiones de discapacidad y el rol que desempeña la Biblioteca Popular Sandor Mikler en la vida cultural, las escuelas rurales en las islas, y los clubes náuticos.
A diferencia de Villa Paranacito, la ciudad entrerriana de Gualeguaychú en la que se ubica la sede de la Facultad de Bromatología (UNER), es una localidad intermedia de la provincia con una población actual de 126.765 habitantes según el Censo Nacional de Población 2022. Se emplaza en el valle aluvial del río Gualeguaychú y hacia el este se extiende el río Uruguay.
El territorio de Gualeguaychú se caracteriza por su intensa actividad agrícola (fundamentalmente, por el cultivo de soja), ganadera extensiva (bovina de carne) y forestal. También en los últimos años se incrementó la producción avícola, la producción tambera y apícola en el departamento. Asimismo, se ha visto fortalecido el turismo y los servicios asociados a este, a partir de la puesta en valor de las playas, del atractivo termal y sus pintorescos.
El grueso de actividades se centró en Villa Paranacito, aunque también se realizaron actividades preparatorias y en simultáneo al tiempo de duración del proyecto en Gualeguaychú, y en su etapa final, en Pueblo Belgrano.
También durante esta fase inicial, se realizó un diagnóstico en relación con la situación de los actores que forman parte del entramado de la pesca artesanal y la acuicultura en la región del delta, y en especial, en Villa Paranacito e islas. De
este modo, se realizaron entrevistas, visitas y contactos telefónicos con el director de Fiscalización de la Provincia, con el Intendente de Villa Paranacito, y con demás trabajadores/profesionales del ámbito municipal. Más avanzado el proyecto, también se tejieron puentes con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, con quienes se articuló en una campaña en la que los 19 de cada mes, se promueve comunitariamente el consumo de pescado.
Como dijimos arriba, el trabajo se diseñó en tres dimensiones.
Como parte de la dimensión cultural se planteó visibilizar la problemática en torno a las capturas, al consumo de la pesca artesanal y a la relación con el río y con la naturaleza a través de producciones literarias, musicales y/o artísticas orientadas a adultos y niñeces. Para trabajar en el marco de esta dimensión resultó indispensable la articulación con las profesoras de talleres de arte Gladys Zagert y María José Venencio en Gualeguaychú, Larroque y Villa Paranacito respectivamente, con el docente de música Hugo Mena, con el personal de la biblioteca popular Sarmiento (Gualeguaychú), con trabajadoras de la biblioteca Sandor Mikler (Villa Paranacito), con la departamental de escuelas del departamento islas (Consejo General de educación), con miembros de la Biblioteca Parlante de la Facultad de Ciencias de la Educación (UNER), y con dos autoras de un libro sobre la historia de Villa Paranacito, entre otros actores.
Estas articulaciones con las profesoras de arte y con la biblioteca Popular Sarmiento en Gualeguaychú se fueron construyendo en el proyecto de extensión universitaria del año anterior. En tanto, el resto de las conexiones con los actores de Villa Paranacito se fueron entablando desde el momento de la formulación y redacción del proyecto a partir de lazos de proximidad que sostuvo la directora del equipo quien vivió su adolescencia en las islas. Los vínculos se fueron complejizando y fortaleciendo a medida que se fue encaminando el proyecto y a partir del compromiso de cada una de las partes en sus distintas etapas.
Las primeras actividades se iniciaron, casualmente, durante la Semana Santa 2022, siendo que es una semana en la que el consumo de pescado está fuertemente arraigado en la cultura popular por las prácticas religiosas, y aunque no se buscó expresamente, la coincidencia agrega un detalle enriquecedor al proyecto. En esta ocasión se realizó una jornada de presentación del proyecto en el Mercado Popular Ex frigorífico de carnes de Gualeguaychú, y también se contó con la presencia de miembros de la Biblioteca Parlante de la la Editorial de la Universidad Nacional de Entre Ríos (EDUNER) y de Facultad de Ciencias de la Educación (UNER).
En esta jornada denominada El río en la palabra, lecturas, exposición de libros, producciones plásticas se expusieron cuadros del taller de pintura de Gladys Zagert y ella misma inició una obra en la que celebraba el río y la pesca. Se leyeron
poemas seleccionados previamente, y se escucharon canciones isleñas elegidas del riquísimo patrimonio cultural ribereño de la Provincia.
Posteriormente, la representante de la Biblioteca Popular Sarmiento, Marta López, y la directora de Comedores Escolares (del departamento Islas) visitaron los salones de la Facultad de Bromatología, y tuvieron una charla informativa con estudiantes asociadas/os al proyecto sobre la temática de la pesca artesanal.
De esta charla, salió la preocupación por parte de la directora de los comedores escolares compartida por los docentes y estudiantes de la carrera en nutrición por el bajo consumo de pescado en las familias de la zona y el nulo consumo en los comedores escolares. Además, por parte del grupo de estudiantes de cuarto año de la carrera en nutrición surgió la inquietud de intervenir para proponer una dieta más equilibrada en estos entornos, que se produzcan redes entre horticultores y pescadores, para garantizar tanto la seguridad como la soberanía alimentaria.
Entre otras actividades, en una de las visitas a Villa Paranacito se concurrió al Centro integrador comunitario (CIC) y al Hospital, y, se concluyó con una exposición del libro “Villa Paranacito y sus islas cuentan su pasado” a cargo de las autoras Liliana Piccoli y Griselda Peccin.
Por otra parte, en el marco de la Biblioteca Popular Sandor Mikler, se realizaron talleres dirigidos a niños en Villa Paranacito, en los que se buscó abordar la problemática de manera artística, reflexionando, particularmente, a través de la expresión pictórica, pues, se considera que el arte desempeña un papel mediador entre la sociedad y el contexto que habita y su propia subjetividad, que comunica a través de su obra. Además de ello, fueron las integrantes de la comisión directiva de la Biblioteca Popular quienes se encargaron de convocar un concurso literario, rescate fotográfico y de recetas tradicionales sobre las formas en que se consume pescado de río, teniendo particular interés en involucrar a las escuelas situadas en los márgenes de ríos y arroyos de la zona.
Fue de suma importancia el nexo con el profesor de música Hugo Mena, quien nos acercó un cancionero popular isleño que en años anteriores formó parte de su trabajo en el territorio y se constituyó en una fuente de inspiración para llevar adelante nuestro trabajo y también el de los lugareños que se sumaban a nuestra propuesta. Asimismo, la profesora Marta López, de la Biblioteca Popular Sarmiento de Gualeguaychú fue la encargada de sistematizar saberes y encontrar los modos textuales y/o audiovisuales de difundirlos. Por medio de una selección minuciosa de poemas, fragmentos de textos y/o textos completos de escritores entrerrianos que evocan el paisaje ribereño y la vida del pescador, fueron transformados en “piezas sonoras” por miembros de la biblioteca parlante “Mirá lo que te digo” de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER, los cuales fueron difundidos a través de la Radio Nacional de Gualeguaychú durante el año 2022.
Cabe destacar que la participación de los adultos y niños en las pinturas artísticas
fue distinta. En el caso de los adultos eran principalmente mujeres mayores a 45 años que ya habían participado en el año anterior de los “Frutos y los Pasos de mi pueblo”. La motivación para participar de estas actividades de extensión universitaria fue a partir de que la directora del proyecto llegó un día al taller de pintura de Gladys Zagert a plantear una problemática que se vio fundamentalmente en la pandemia sobre la necesidad de volver a una alimentación más natural, rescatando el origen de nuestros alimentos, las huertas, los árboles frutales, las cocinas tradicionales de los hogares. De esta manera, fue como se motivó a las alumnas del taller de Gladys en el proyecto de los Frutos en el 2021.
Al año siguiente, para el año de la pesca artesanal y la acuicultura ya se contaba con esa experiencia previa. Estas mujeres ya habían participado en noviembre de 2021 de los talleres de exposición de arte en la Facultad de Bromatología, en la casa de la cultura municipal y en una exposición que se hizo en una frutería local. En el 2022, en cambio, se parte de la recopilación de poemas entrerrianos realizado por una integrante de la Biblioteca Popular Sarmiento, luego esos poemas fueron trasladados a piezas sonoras por medio de la Biblioteca Parlante de la UNER y con ese material sonoro se regresó nuevamente al taller de arte para motivar a las personas adultas que asisten al mismo para que se sumaran esta vez al año internacional de la pesca. De esta manera, las piezas sonoras acompañaron las reflexiones que despertaron en cada artista en torno al ir a pescar en la infancia, sobre el consumo de preparaciones de pescado que hacía algún miembro de la familia, o sobre el paisaje ribereño, es decir que, a cada uno le rememoraba alguna cuestión en particular vivida vinculada al ambiente costero.
En cuanto a los niños, Gladys Zagert al saber que el proyecto se iba a desarrollar en Villa Paranacito nos plantea que ella tenía una ex alumna del taller que es profesora de arte en Villa Paranacito. De esa manera Gladys hizo la articulación con María José Venencio quien trabaja particularmente en un taller con niños y adolescentes pintores. Eso motivó a que se la convocara a la docente en la Biblioteca Sandor Mikler en Paranacito y fue ella quien se ocupó de despertar la curiosidad sobre la reflexión ribereña en sus alumnos. Los niños asistieron con sus atriles en blanco a una jornada que se hizo en la Biblioteca en Villa Paranacito y allí mismo se pusieron a pintar. Luego, algunas de las obras de esos niños fueron expuestas en el mes de noviembre de 2022- en época de pleno mundial de futbol- en las actividades de cierre del proyecto en la Biblioteca en Paranacito momento en el cual recibieron certificados de participación y premiación.
Además de estas actividades, se organizaron el 19 de agosto y el 19 de septiembre de 2022, dos jornadas de actividades socioambientales y socioproductivas participativas vinculadas a la pesca artesanal. En el marco de estas actividades se expusieron avances del proyecto de extensión y se realizaron degustaciones de las riquezas de nuestros ríos a cargo de los técnicos en gestión gastronómica
y miembros de la cooperativa Tiempos de Sabores. Estas jornadas contaron con el auspicio del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, y se escogió la fecha diecinueve en alusión a la campaña de concientización acerca del consumo de carne de pescado que promueve también este ministerio.
Estas jornadas fueron ampliamente difundidas por los medios de comunicación de la ciudad1 y contaron con una amplia participación de la comunidad de Gualeguaychú, incluidos los socios de la biblioteca, el dueño de una pescadería local y las autoras del libro Villa Paranacito y sus islas. Además, se destacó la participación de un público joven integrado por estudiantes secundarios y universitarios. En los debates que se generaron al final de las exposiciones se reconoció la importancia de visibilizar tanto la cultura ribereña, como nuestros alimentos, y también destacaron el trabajo que realizan principalmente las mujeres al interior de las familias pescadoras. Al final de las jornadas se planteó la voluntad de continuar con este tipo de actividades en el futuro.
Entre otras cuestiones, cabe destacar que, al finalizar el cuatrimestre se hizo un viaje de formación con todo el grupo de estudiantes a la ciudad de Buenos Aires, y en el marco de este se visitaron las instalaciones del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca y recibieron información acerca de otras campañas ligadas al consumo de pescado, pero en este caso, pescado marítimo. Además de ello, recibieron información de lo que realizan otros equipos de extensión y de investigación, como la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Mar del Plata.
Dentro de la dimensión cultural, queremos destacar en algunas imágenes parte de las actividades realizadas a lo largo del proyecto de extensión universitaria. En consecuencia, en las siguientes imágenes se muestra un collage de pinturas que fueron confeccionadas por alumnas de los talleres de arte convocados de Gualeguaychú y de Larroque, en el año internacional de la pesca y la acuicultura, y posteriormente, se muestran dos generadas en el taller de niños. Las pinturas realizadas por adultos muestran, en colores cálidos y tenues, al río y a la naturaleza y evidencian distintos momentos del día y estaciones del año. En estas representaciones (Figura 1) aparecen con centralidad la canoa y las redes en el trabajo del pescador y le otorgan un valor destacado al paisaje isleño y costero dando expresividad a la vida cotidiana que transcurre entre los cursos de agua.
Diario El Argentino (2022): https://www.diarioelargentino.com.ar/ciudad/la-facultad-de-bromatologia-realizo-una-jornada-so- cioambiental-vinculada-a-la-pesca-artesanal
En contraste con las obras del taller de adultos (Figura 2), presentamos dos pinturas diseñadas por el taller de niños en Villa Paranacito.
Asimismo, el siguiente conjunto de imágenes dan cuenta de las actividades realizadas tanto en la Biblioteca Popular Sarmiento de Gualeguaychú, como en el CIC de Paranacito. En las fotos (Figura 3) se encuentran docentes y estudiantes
participantes del proyecto y las dos autoras del libro Villa Paranacito y sus islas cuentan su pasado.
La dimensión técnica introdujo saberes propios ligados a la formación académica en el campo de la nutrición. Desde allí se abordó el manejo higiénico, la inocuidad alimentaria, las buenas prácticas de manufactura, la valoración nutricional, y la conservación de alimentos de productos de la pesca. Intervinieron activamente en estas prácticas las/os docentes de la Facultad, estudiantes y becarias/os del proyecto. Además, se introdujeron recomendaciones para darle agregado en valor a los productos provenientes de la pesca artesanal, a través de propuestas gastronómicas que pueden ser replicadas en sectores comunitarios, hogareños y de oferta turística.
En el marco de la propuesta abordada en esta dimensión, se realizó un taller de despinado de pescado de río en las instalaciones de la Facultad de Bromatología. Este taller estuvo a cargo de dos graduados en la tecnicatura en Gestión Gastronómica, que a su vez forman parte de la cooperativa Tiempo de Sabores. Dentro de esta dimensión técnica, un nutrido equipo de docentes y estudiantes fueron los encargados de las capacitaciones sobre valor nutricional de los productos de la pesca y sus preparaciones culinarias, buenas prácticas, inocuidad alimentaria y conservación. Estas capacitaciones se realizaron tanto en el CIC de Villa Paranacito como en la Facultad de Bromatología, e incluyeron además la realización de encuestas, y la producción de trabajos académicos en el marco de las cátedras asociadas al proyecto.
En el marco de las actividades planteadas, estudiantes practicantes de la Licenciatura en Nutrición tuvieron a su cargo, junto a los miembros de la cooperativa Tiempo de Sabores, la realización de prácticas en la cocina. El objetivo fue poder elaborar un pequeño recetario de comidas que involucraran pescados de río para ofrecer a los comedores escolares del ejido de Villa Paranacito. Surgieron así recetas tales como pastel de pescado, zapallo y espinacas; albóndigas de pescado en salsa roja y puré de estación; hamburguesas de sábalo y boga para los niños. El recetario incluyó las porciones, un cálculo de costos y el aporte nutricional resultante para cada comida.
Una de estas estudiantes, motivada por el trabajo realizado en el marco del proyecto, escogió como tema para su trabajo final de graduación el consumo de pescado de río en adultos de la ciudad de Gualeguaychú. Su trabajo de campo fue realizado en ocasión de la fiesta del pescado y el vino en la ciudad de Gualeguaychú realizada en enero de 20232.
Por otra parte, las/os estudiantes de la cátedra de Nutrición y salud pública fueron las/os encargadas/os de realizar afiches como estrategia comunicacional
El título del trabajo final integrador se denomina “Consumo de pescados de río en adultos de 18 a 64 años de la ciudad de Guale- guaychú, Entre Ríos” Facultad de Bromatología. Universidad Nacional de Entre Ríos.
para distribuir en las instituciones públicas de Paranacito. Estos afiches compilaron datos sobre parámetros de frescura y conservación de piezas de pescados a la hora de la compra y elaboración, tanto como el aporte nutricional de las carnes de pescados de río y de pautas de elaboración para una alimentación saludable que contemple a los pescados de río en la mesa.
La estrategia comunicacional concluyó con el diseño de individuales de papel listos para su uso en establecimientos gastronómicos con recetas de pescados que aportaron miembros de la comunidad de la escuela Nro. 4, quienes fueron invitados especialmente a compartir las recetas habituales elaboradas en sus casas.
A su vez, en el marco de las Jornadas Socioambientales y Socioproductivas Participativas en la Biblioteca Sarmiento de Gualeguaychú ya mencionadas más arriba, se trabajó sobre manipulación y manejo higiénico y seguro de los productos de la pesca en establecimientos elaboradores de alimentos con el propósito de abarcar, dentro de la dimensión técnica, los aspectos sanitarios relacionados al consumo de alimentos y enfatizar la necesidad de prevenir las enfermedades parasitarias, las cuales, son en su mayoría poco conocidas por los miembros de la comunidad.
Dentro de esta dimensión técnica, queremos ilustrar algunas de las recetas que se elaboraron por parte de la cooperativa de trabajadores gastronómicos “Tiempos de Sabores”, cuyos platos fueron degustados en las actividades ofrecidas por parte del proyecto.
La dimensión social se centró fundamentalmente en una propuesta de “mapeos participativos” con el fin de recopilar saberes y prácticas de los pescadores y de las familias pescadoras; y también de los saberes de la comunidad respecto al consumo de pescado de río. A través de estos, se buscó recuperar información acerca de las estrategias de consumo de las poblaciones costeras, de los sistemas alimentarios sustentables y sostenibles, y de los patrones alimentarios de los pueblos costeros.
A partir de metodologías diagnósticas participativas, como la técnica del mapeo colectivo3, se buscó obtener información acerca del consumo y de la manipulación de pescado de río en el territorio costero e isleño. El concepto de “capas de información” (Rossi, 1995) proviene tanto de los estudios urbanistas como de la cartografía y se utiliza frecuentemente para construir sistemas de información geográficos geo-referenciados. El término “capa” es también asimilable al de “nivel” de información. Es decir que con esta técnica diagnóstica se buscó acceder a distintas capas/ niveles de información que nos permitieran superponer datos para lograr una comprensión global del territorio trabajado, incorporando los puntos de vista de los actores participantes.
En el marco de la diagramación de esta estrategia metodológica, tuvimos en cuenta, una etapa preparatoria (Gualeguaychú), una etapa situada (Villa Paranacito) y una etapa de cierre del proyecto.
En la etapa preparatoria, se realizó un taller de mapeo con estudiantes de la Licenciatura en Nutrición en la Facultad de Bromatología en Gualeguaychú, el viernes 3 de junio de 2022. En este taller, estudiantes y docentes con distintos recorridos en cuanto al conocimiento de la provincia y provenientes de distintas localidades de origen, buscaron reconocer el territorio sureste de la provincia de Entre Ríos, mapeando localidades, instituciones, actores sociales, especies de peces de río, alimentos, producciones locales, etc. Asimismo, se detuvieron con especial interés en captar las particularidades de la región isleña de Villa Paranacito e imaginaron aquello con lo que se irían a encontrar en las futuras visitas a este territorio.
Las metodologías diagnósticas participativas permiten a través de la participación heterogénea construir una caracterización en común en relación con un determinado tema o problema que identifique una comunidad. Dentro de estas metodologías, la cons- trucción de mapeos participativos da lugar a recuperar saberes que provienen de las propias experiencias, vivencias y trayectorias de cada sujeto participante, siendo una herramienta que permite cartografiar los territorios, habilitando a plasmar aquellas his- torias silenciadas, identificar conflictos, y a la vez, imaginar un futuro posible. Los talleres planteados en el marco del proyecto fueron pensados para determinados contextos con participantes específicos. En efecto, se propuso como objetivo cartografiar el territorio isleño y reconstruir capas de información.
En este taller de mapeo se hizo un reconocimiento del territorio del sureste de la provincia de Entre Ríos, reconociendo los nombres de las localidades, los ríos, las rutas, los puentes, los puertos, y también los actores de la sociedad: escuelas, centros de salud, familias, vecinos, pescadores. Asimismo, se identificaron contenidos que se abordan en la cátedra de Salud y Nutrición Pública tales como algunos objetivos del desarrollo sostenible (ODS) acordados en el marco de una agenda global de las Naciones Unidas (ONU), por el cual se enumeran metas a alcanzar, en este sentido el número 2 se corresponde con la meta de hambre cero, el 13 identifica acciones por el clima y el 14 refiere a la vida submarina. Durante este mapeo, también se localizaron distintos platos de comidas que son mayormente consumidos por la población, destacándose principalmente, la carne de vaca, pollo y pescado.
En este taller surgieron muchos interrogantes entre las/os estudiantes que permitieron articular los temas con los contenidos que ya venían trabajando en las cátedras de Educación y Comunicación Alimentaria- Nutricional y de Nutrición y Salud Pública. Los debates plantearon interrogantes acerca de los perfiles de salud, condición de vulnerabilidad de las familias, preguntas de si comen o no pescado de río tras lo escuchado por parte de la coordinadora de comedores que manifestó que en los comedores escolares no se cocina pescado. En relación con esto, desde el grupo de estudiantes que se involucraron con el proyecto de extensión universitaria a partir del diálogo que van construyendo con otros actores comunitarios, surgió la necesidad de intervenir para plantear una nutrición más equilibrada, articulando las huertas comunitarias con los pescadores artesanales a nivel local y la propuesta de incorporar frutas y verduras. En general, las/ os estudiantes ya tenían un acercamiento previo a algún pescador artesanal, conocían a alguno o alguna familia. Tenían relatos distintos para aportar. También compartieron recetas, una estudiante relató cómo se puede preparar un filete de pescado a la Florentina.
En este taller la participación de estudiantes fue altamente positiva, y se apuntó a lograr una jornada distendida, trabajando con el mapa en el piso, recorriendo el aula de a pie, y trabajando al aire libre en pequeños grupos de trabajo. En un momento posterior se apuntó a generar una discusión grupal en torno a las condiciones de salud, de nutrición y de vida de las familias pescadoras. Al final de esta jornada cada grupo de trabajo presentó las síntesis alcanzadas y se generó una instancia de intercambio y reflexión final.
En la etapa situada, se realizó primero una visita al Centro Integrador Comunitario (CIC) y de reconocimiento de las instituciones estatales en el territorio. En la visita al CIC se consultó sobre el perfil de salud de los pescadores artesanales, para conocer si hay determinadas patologías asociadas a estos grupos sociales. En este diálogo indicaron que frecuentemente tienen afecciones respiratorias, aunque es significativa la diferencia que se puede establecer, a grandes rasgos,
entre la situación de los pescadores que viven islas adentro y los que viven en el cerro poblacional. La población que vive “islas adentro” está más expuesta a las inundaciones y su vulnerabilidad es mayor.
Por otro lado, en el mes de las infancias, se llevó a cabo una jornada que tuvo lugar el 22 de agosto de 2022, donde se priorizó una visita a una institución escolar del departamento Islas ubicado en la Provincia de Entre Ríos. La escuela elegida fue la N°4 “Vicente López y Planes” ubicada en el arroyo Brazo Largo la cual presenta una matrícula de 27 estudiantes desde nivel inicial hasta sexto grado y 5 docentes y 1 personal de cocina. En la agenda se propusieron actividades participativas con niños, incluyendo un mapeo de especies de peces y una actividad de degustación sensorial. También se plantearon actividades de simulación de roles, por las cuales los niños debían asumir ser como chef o como periodistas y llevar a cabo distintas actividades que nos permitieran seguir ampliando las capas de información en torno al consumo de pescado de río. Para el momento de la tarde estuvo previsto realizar el mapeo participativo con pescadores/as artesanales e isleños.
Las actividades con niños tuvieron mucho éxito y una rápida aceptación por parte de ellos. Los estudiantes junto al equipo de cátedra desarrollaron una actividad concreta con el objetivo de promover el consumo de pescado de río en el comedor escolar. Para ello se presentó a los escolares una situación simulada: un restaurante contrata a 3 chefs para incorporar un nuevo plato en su menú, debe ser atractivo, sabroso y sobre todo saludable.
La estrategia consistió en una cata a ciegas y su posterior evaluación sensorial. Luego se develó la receta, albóndigas de pescado con 3 salsas diferentes cuyo ingrediente principal fue pescado de río, y fue aceptada por toda la comunidad escolar.
Durante esta misma jornada, estuvo previsto también, realizar un taller de mapeo colectivo con pescadores y pescadoras del territorio isleño, al finalizar la jornada escolar. En un horario accesible para pescadores y lancheros que finalizan sus quehaceres de la mañana, pero este taller, a pesar de la difusión de la convocatoria, no tuvo éxito. Este taller no fue exitoso debido a que los lazos asociativos entre la comunidad pescadora artesanal y comercial de Villa Paranacito estaban muy fragmentados. Si bien habían existido intentos previos en conformar asociaciones de pescadores, estas no prosperaron por vínculos interpersonales. Un pescador destacó en torno a las asociaciones “todo eso, era político”, insinuando de que no hubo un interés genuino de los propios pescadores en asociarse, sino que la intencionalidad venía desde otro lugar asociado a lo “político” (municipio o provincia).
En cuanto a este taller previsto con pescadores artesanales, se lo trabajó durante dos meses antes de pautar la fecha para realizarlo. Para esta instancia preparatoria fueron claves las primeras visitas a Paranacito a modo de tejer redes
con los actores locales y empezar a instalar una cierta presencia de un equipo de trabajo de la Facultad de Bromatología en este territorio. En estos meses se hicieron distintos llamados telefónicos a pescadores artesanales y mujeres pescadoras de esta localidad con el motivo de consultarles de su interés en participar de un taller, y consultar sus disponibilidades de días, horarios y algún lugar de cercanía para poder realizarlo. Para dar con estos/as fue indispensable el aporte de una informante clave que nos permitió contactarnos con ellos/as. Luego también fue crucial el nexo de la directora de la Escuela N°4, quién invitó a los padres/madres de estudiantes de la escuela que son pescadores/as. Cabe destacar que en algunas de estas consultas telefónicas algunos/as pescadores/as expresaron el deseo de no participar por ciertos conflictos previos que han surgido entre pescadores al organizar reuniones grupales con anterioridad.
Durante los días previos al taller se circuló una convocatoria para difundir la invitación, además de volver a contactarlos telefónicamente. La convocatoria para participar al taller circuló también por grupos de WhatsApp con personas del lugar y mediante redes sociales, como el grupo de noticias del pueblo, Villa Paranacito Noticias.
Al respecto, cabe señalar que al momento pautado para la realización del taller (luego del almuerzo en la escuela) no se acercó ningún pescador/pescadora para participar del mapeo participativo. No obstante, sí se pudo contar con la presencia de un pescador que se sumó al final del taller de mapeo con niños sumando muchísima información en esta instancia. La cual fue provechosa no solo para los integrantes del equipo de extensión sino también para los propios niños que estaban participando del taller y para los docentes de la escuela. En un momento posterior de la jornada también se acercó a este lugar una mujer pescadora, madre de una de las alumnas de la escuela que se acercó casualmente para asistir a su hija y nos concedió la oportunidad de entrevistarla grupalmente.
La posibilidad de una entrevista grupal con la madre de la alumna de la escuela N°4, esposa de un pescador y también pescadora, se generó a partir de que hubo una investigadora en la escena que condujo el momento de la entrevista e introdujo la curiosidad en el grupo de estudiantes en indagar sobre la cuestión de género. Las y los estudiantes ya habían leído textos académicos en esta temática los cuales habían sido sugeridos por la investigadora y fueron abordados por el equipo docente. Está interacción que se dio en un momento de recreo en la escuela permitió entrelazar las distintas funciones universitarias - investigación- docencia- extensión- a partir de realizar in situ una entrevista grupal, identificar ejes de análisis, y luego al poder reflexionar con docentes y estudiantes acerca del carácter de las preguntas y sobre la escucha atenta que se generó.
Posteriormente a estas actividades, se llevó a cabo como instancia de cierre, una jornada de mapeo colectivo con niñas y niños en la Biblioteca Popular de Pueblo
Belgrano, un pueblo rural ubicado a 2.5 km de Gualeguaychú a orillas del río Uruguay. En esta instancia los niños y las niñas fueron ubicando en un lienzo en el piso las especies de peces que iban identificando, además de montarse toda una escenografía visual vinculada a la temática de la pesca y de la acuicultura. Durante esta jornada participó una mujer pescadora de Gualeguaychú, quién fue pescadora durante muchos años y dejó de pescar luego de que sus hijos ya mayores se lo solicitaran por considerarla un trabajo pesado para ella. Luego de dejar su trabajo en el río se dedicó a abrir una pescadería local donde comercializa pescado con agregado en valor (hamburguesas, milanesas, filetes, etc.). La mujer pescadora mostró mucho interés en contar su historia de vida y en interactuar con los niños tal como se observa en las siguientes imágenes.
Dentro de esta dimensión, exponemos un conjunto de imágenes que muestran la realización de los mapeos participativos, en la escuela N°4 de Villa Paranacito, en la que participaron niñas/os, docentes y un pescador de las islas. En conjunto, identificaron especies de peces y aquellos sitios dónde se los pescan. Posteriormente, exhibimos algunas imágenes (Figura 5) de uno de los últimos talleres del proyecto en Pueblo Belgrano (Gualeguaychú) en donde una mujer pescadora dialogo con niños y adolescentes intercambiando saberes sobre las especies de peces del río y relatando su trayectoria de vida.
En la imagen que sigue (Figura 6) se observa a la mujer pescadora en el cuadrante superior de las imágenes (remera blanca y micrófono en mano) quién condujo la actividad de mapeo con niños y adolescentes en la Biblioteca Popular de Pueblo Belgrano.
Coincidimos con Macchiarola (2022) quien analiza la extensión crítica a partir de indagar sobre los procesos de construcción y validación de las prácticas académicas.
En el contexto de esta experiencia fue posible cartografiar las desigualdades, identificar los discursos construidos desde las distintas posiciones del campo social, reconocer las situaciones de opresión, de pobreza estructural, y sobre todo se pudo validar la intervención desde una mirada integral de la salud pública y de la nutrición a partir del compromiso social con la comunidad.
El proyecto “Tirando Redes” por medio de sus tres dimensiones de trabajo, propuso desandar una problemática compleja, y al mismo tiempo, a través del diálogo con
los distintos actores buscó proponer algunas soluciones a los problemas que se planteaban con respecto al consumo de pescado de río. Cabe destacar que en principio dado el carácter de la convocatoria en la que se presentó la iniciativa “proyectos de extensión dirigidos por docentes o personal administrativo y de servicios (2021)” (ordenanza 447), fue algo pensado inicialmente desde las cátedras que ya tenían un trayecto en común y luego se fue incorporando la participación de investigadores en ciencias sociales, ciencias antropológicas y ciencias ambientales, lo cual permitió diversificar las estrategias metodológicas para construir saberes en el territorio isleño mediante los mapeos colectivos y a la vez brindó la oportunidad de compartir resultados de investigaciones previas en torno a los bienes del río y a las comunidades pescadoras durante las jornadas socioambientales en la Biblioteca Popular Sarmiento. A su vez, como actividades de extensión hacia la comunidad se logró comunicar recetas, consejos sobre prácticas de higiene y manipulación de alimentos, recomendar el pescado de río para el consumo en el hogar, y al mismo tiempo, valorizar más nuestra cultura local y ribereña.
En torno a la dimensión cultural, se llevaron a cabo numerosas actividades de difusión artística y literaria en la que se logró instalar socialmente la centralidad del año internacional de la pesca y la acuicultura promovida por la FAO. Estas actividades culturales, que se desarrollaron tanto en Villa Paranacito como en Gualeguaychú estuvieron orientadas hacia todo público, englobando a niños/as y adultos. En este sentido, vale resaltar que fue sumamente importante la red que se tejió entre la Facultad y las Bibliotecas Populares, y los talleres de arte de estas localidades.
Consideramos que a través de este proyecto fue posible contribuir a una valorización del recurso pesquero como un alimento nutritivo y saludable para la comunidad, a una concientización sobre el cuidado del ambiente y a una valoración sobre el patrimonio cultural.
Respecto de la dimensión técnica, fue notoria la valoración que se alcanzó respecto a la necesidad de consumir pescado de río. Estudiantes y profesionales gastronómicos coincidieron en destacar la importancia de las buenas prácticas de manipulación, y de aprovechar los recursos disponibles para la población isleña y ribereña, cuidando el equilibrio ecológico. Tanto como futuros profesionales de la nutrición, como en su rol de consumidores, destacaron el valor de las recetas tradicionales y de su análisis nutricional.
En el marco del trabajo en territorio fueron sumamente significativos los momentos de almuerzo en los que se consumió pescado de río y se hicieron degustaciones de recetas. A través de todos los sentidos, incluyendo la activación del olfato y el gusto, se generó un diálogo de saberes comunitarios que permitió el disfrute de un alimento que no era habitual en el menú escolar. Los mismos/as
niños/as de la escuela N°4 mostraron interés en consumir pescado en el comedor escolar y seguir haciéndolo en el futuro. La directora de la escuela visitada, en su testimonio, dijo que la experiencia fue “un antes y un después”, el modo coloquial que usamos en la zona para designar un cambio de conducta o de situación muy importante.
En lo que respecta a la dimensión social, cabe resaltar que las técnicas metodológicas que efectivamente se implementaron fueron más diversas de las que se pensaron de antemano. No sólo recurrimos a los talleres de mapeos participativos pues se trabajó con registros y observación participante; y también mediante entrevistas grupales a pescadores/as. De esta manera, a través de este proyecto de extensión universitaria se combinaron técnicas de recolección de información que apuntaron a despertar los cinco sentidos (vista, oído, tacto, olfato, gusto) de los actores participantes con el fin de conocer y reconstruir capas de información en torno las prácticas de captura, consumo, manipulación, oferta y comercialización de pescado de río en este territorio específico del sureste de la provincia de Entre Ríos.
En síntesis, logramos reconstruir las capas de información propuestas, pero no siempre mediante el formato de mapeo participativo que diagramamos en un comienzo, pues, al no existir lazos asociativos preexistentes entre los/as pescadores/as de Paranacito fue imposible plantear una dinámica que los reúna a todos juntos en este territorio. Los talleres de mapeos participativos sí obtuvieron buenos resultados al realizarse en instituciones educativas, como en la escuela N°4 de arroyo Brazo Largo y en la Facultad de Bromatología, espacios en los que existe un entramado comunitario que sostiene ciertos lazos de relacionamiento social. Como sugerencia a futuro sería oportuno poder plantear mapeos de forma participativa, pero en el marco de las propias familias pescadoras o entre núcleos más pequeños de (dos o tres) pescadores, es decir, resulta indispensable repensar la estrategia metodológica dentro del contexto en el que se lo propone.
En consecuencia, la tensión entre lo previsto y lo imprevisto nos despierta muchos aprendizajes como equipo. Observamos que, en ocasiones, la planificación de una actividad colectiva/grupal/participativa puede ser permeable ante escenarios y realidades muy complejas. En este sentido retomamos la centralidad de la “reflexividad” propia de los abordajes etnográficos de la investigación social para ampliar nuestra mirada, y para incorporar un sentido en la intervención/ investigación participativa que sea flexible, sensible a lo diverso y que se deje impresionar ante los imprevistos de la vida cotidiana (Ameigeiras, 2006).
Si bien uno de los objetivos del proyecto fue el de visibilizar a los pescadores y a las pescadoras artesanales en el año internacional de la pesca artesanal y la acuicultura nos encontramos que no siempre estos sujetos quieren o desean ser visibilizados. Tal es el caso de la comunidad pescadora de Villa Paranacito quienes
expresaron mucha reticencia y desconfianza para conversar o para participar de actividades del proyecto, lo cual también nos devuelve la pregunta de ¿cómo nos ven a los sujetos universitarios en el territorio? y ¿qué tipo de vínculos se construyen entre la Universidad y la comunidad?
En cambio, no sucedió lo mismo en Gualeguaychú donde se logró involucrar en el último tramo del proyecto a una mujer que había sido pescadora durante muchos años, donde ella misma quiso visibilizar su historia de vida y participó del taller con niños en la Biblioteca Popular de Pueblo Belgrano, interactuando con estos, y reconociendo especies de peces en un lienzo.
Asimismo, el proyecto propició la articulación horizontal y vertical entre las cátedras. Se lograron espacios de intercambio entre docentes de la carrera y con docentes de otras facultades, permitiendo realizar acciones desde la interdisciplinariedad. Los resultados obtenidos impactaron en los aprendizajes logrados por los estudiantes, pero también transformaron vivencialmente a los docentes e investigadores que participaron de este proceso.
Las/os estudiantes en nutrición reconocieron al momento de presentarse a las mesas de examen finales el lugar transformador que les implicó ser parte del proyecto, permitiéndoles, una vez terminado el cursado, entrelazar aún más los contenidos de las cátedras con los contextos en los que habitan. En tanto, por parte del equipo docente y de investigadores incorporados al mismo, se reconoció que no solo - como se propuso en un inicio- se logró interpelar al estudiantado universitario al fomentar intervenciones con compromiso social sino que además significó una experiencia altamente transformadora para si mismas/os, pues, les posibilitó repensar las propias prácticas docentes e investigativas en una comunidad isleña desde una experiencia vivencial significativa en la que se vieron críticamente transformados.
En síntesis, los resultados del proyecto no hubieran sido los mismos, sin la participación tan heterogénea entre actores universitarios con prácticas estudiantiles, docentes, investigativas y de formación diferentes; y si no se hubiera generado una conexión tan amplia con actores comunitarios más allá de las familias pescadoras artesanales.
A lo largo del proyecto, hubo lugar para autoevaluar los pasos de las acciones desarrolladas, al cabo de distintas reuniones virtuales y presenciales, se reflexionó sobre la práctica docente, sobre los logros, se reconoció el trabajo de innovación y de extensión con impacto positivo, la interacción con actores institucionales y de la comunidad, donde se confronta la teoría con la práctica en contexto e impactó en la mejora de la enseñanza. Se establecieron diálogos con otros docentes que participaron del proyecto, donde se reflexionó sobre el perfil docente y su accionar, reconociendo esta propuesta de innovación, lo que posibilitó la consolidación y mejora de prácticas ya implementadas.
Se percibió una mejora en los aprendizajes de los estudiantes, en cuanto al recorrido de trabajo en terreno y confrontación con la teoría, para luego repensar posibles intervenciones en términos de políticas alimentarias nutricionales a nivel de comedores escolares.
El trabajo en territorio permitió a las/os estudiantes conocer el contexto de la comunidad escolar de Villa Paranacito, apreciar el paisaje en que se encuentra la Escuela Nº4 sobre la margen del arroyo, valorar el trabajo que realiza la comunidad; conocer la vida cotidiana familiar expresada por una mamá pescadora, quien reconoce este trabajo como una “ayuda” a su esposo pescador, descubrir cómo se organizan en el hogar y viven a diario el proceso salud enfermedad atención, donde prima la pesca y la caza (cuando hay bajante y sin pesca) sobre el cansancio, el dolor corporal y la atención a las dolencias y poder así poner en crisis el derecho a la salud, la seguridad social. Las/os estudiantes lograron descubrir en campo los saberes de la comunidad, de los niños, la educación basada en valores, el sentido de pertenencia y cuidado del agua y el ambiente en particular, a su vez manifiestan que aprendieron e interpretaron, más allá, su rol en el campo disciplinar de la nutrición en salud pública, plantearse desde las políticas alimentarias problemas de investigación, posibles intervenciones alimentario-nutricionales en el ámbito escolar y familiar.
El proyecto tuvo como desafío el propósito de articular con actores territoriales muy distintos entre sí. A su vez, tuvo la complejidad de intervenir en dos territorios (departamento Islas y Gualeguaychú) con características distintas. Se logró, en definitiva, fortalecer los espacios de diálogo entre los pescadores artesanales con las instituciones educativas, las instituciones de ciencia y técnica, los artistas locales, y con el sector gastronómico local.
Buscamos con estas iniciativas contribuir al fortalecimiento de las políticas públicas orientadas hacia el sector de la pesca artesanal y la acuicultura. Si bien se tejieron puentes de trabajo con representantes de las dependencias estatales de los tres niveles de gobierno (municipio, provincia y Nación), faltó una mayor coordinación de esfuerzos y de recursos con estos organismos para tener un mayor alcance en los resultados del proyecto.
Otra de las complejidades que presentó el proyecto fue a nivel presupuestario, pues la convocatoria a proyectos de extensión en la que se presentó la iniciativa contó con un financiamiento acotado para el año 2022. Si bien pudo conseguirse un financiamiento extra a través de un PID de cátedra para las actividades de los mapeos participativos, estos fondos gestionados no alcanzaron a cubrir todos los gastos del proyecto, en este marco fue difícil conseguir más fondos para cubrir el combustible y para abonar al chofer de la Traffic que hacía los traslados de la ciudad de Gualeguaychú a Paranacito, lo cual vio condicionada la frecuencia de las actividades planteadas en el territorio isleño. Los gastos que excedieron
el presupuesto fueron solventados por el equipo docente involucrado y con aportes que se obtuvieron con la participación de las Bibliotecas Populares, por el Ministerio, Ganadería y Pesca de Nación, e incluso por las familias pescadoras que donaron pescados para poder elaborar las recetas. Se trató de una iniciativa que se sostuvo fundamentalmente “a pulmón” y en el deseo de las personas que participaron. Cada docente, estudiante, investigador, extensionista, y cada miembro de la comunidad fue poniendo su impronta y dejando una huella de compromiso para que este se hiciera y pudiera llegar a su fin.
Quedaron a partir de este proyecto fuertes vínculos con los actores territoriales, que quizás y ojalá, sean el inicio de nuevos proyectos de extensión o de investigación acción participativa en el territorio isleño. El proyecto “Tirando redes”, al igual que un pescador experimentado que recorre su espinel, pudo recoger buenos frutos que forman parte de las dinámicas territoriales que se construyen y que repercuten en la vida cotidiana de sus actores.
Ameigeiras, Aldo Rubén (2006). El abordaje etnográfico en la investigación social. En Vasilachis I. (comp.) Estrategias de investigación cualitativa (pp.107- 149). Barcelona: Gedisa.
Carlevaro, P. (2010). “Intersecciones y uniones de la universidad con la ética”. Reencuentro, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, núm. 57. México. UAM. pp. 8–17.
Macchiarola, V. (2022). Extensión crítica. Aproximaciones epistemológicas a una práctica universitaria alternativa. Saberes y prácticas. Revista de Filosofía y Educación. Vol 7, Núm 1, pp. 1-14.