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Educación y Vínculos. Revista de Estudios Interdisciplinarios en Educación

Universidad Nacional de Entre Ríos, Argentina

ISSN-e: 2591-6327

Periodicidad: Frecuencia continua

núm. 14, julio - diciembre de 2024

Reseñas. La biblioteca de Educación y Vínculos

Proclamarse disca y coronarse renga: la obra de Daiana Travesani

To proclaim yourself crip and to crown yourself lame. The work of Daiana Travesani

Universidad Nacional de Misiones, Argentina

Recepción: 30 septiembre 2024

Aprobación: 31 octubre 2024



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“Ser feminista me ayudó a ser femidisca interseccional que piensa a la discapacidad, a sus bastones, a su renguera como sus mayores armas de lucha ética política y social". (Diana Travesani, 2022)

Una tapa amarilla con un collage alrededor de una fotografía de su rostro; el papel grueso de una buena edición; dibujos de personas desnudas al final con la bandera del orgullo lésbico, gay, transgénero, transexual, bisexual, intersexual y queer (LGTTBIQ+), en sillas de ruedas; reivindicaciones sobre leyes que protegen la tierra; las conversaciones con las amigas; todo eso confluye en un libro que invita a recordar que «casi no hay libros escritos por personas discas desde la perspectiva social, sino que son producidos en su mayoría por profesionales de la salud que trabajan dentro del área» (Travesani, 2022, p. 21).

Daiana Travesani nació el martes 13 de octubre de 1992, pero su nacimiento rengo fue el 27 de octubre de 2016, como se describe en la solapa del libro. Como militante disca, escribió este ensayo autobiográfico, pero que desafía lo auto con invitaciones a otras personas que nutren el tejido escritural con reflexiones, experiencias, análisis sobre el capacitismo y arte.

La obra invita a reflexionar sobre cómo se produce socialmente la discapacidad en los vínculos cotidianos, las instituciones, los amores, el dolor, las experiencias vitales que recordamos o no, pero que nos habitan profundamente.

En algunas tiras de ficción te muestran que al personaje que le tocaba actuar con maldad, en caso de adquirir una discapacidad, le era enviada como castigo, o en otras donde de repente el amor curaba la ceguera, o le devolvía la posibilidad de caminar. Siempre mostraban que la discapacidad es esa identidad a la cual nadie quiere pertenecer, y de la cual podés huir si te esforzás mucho o si le abrís tu corazón a alguien. (Ibíd., p. 172).

La obra muestra múltiples formas de violencias capacitistas. Una de ellas, el tokenismo, se explicita como «muy usual en el vínculo con la discapacidad» (Ibíd., p. 169). Daiana lo define como término utilizado para nombrar una inclusión simbólica de ciertas identidades, usándolas para evitar denuncias o acciones de prejuicio y discriminación; como sinónimos recordables, florerismo o adorno, vienen bien para provocar esa pregunta por el lugar de la discapacidad en la sociedad.

En la página 166 comienza el capítulo activismo disruptor. Concuerdo con la autora en que hace unos años empezó una transformación del activismo de las personas con discapacidad hacia el activismo disca, el que se manifestó como político, pero también íntimo y personal.

Siento que desde estas organizaciones se busca dar la palabra al cuerpo, desde la propia experiencia, poder desandar lo construido como normativo. Buscamos romper con la construcción que tiene nuestra sociedad de cuerpo normal capaz, porque desde los espacios tradicionales no se hace, no se nos permite, no se nos invita, no se nos nombra como activistas. (Ibíd., p. 166)

Aunque también existen multiplicidades en esos activismos, el activismo disca latinoamericano provocó que podamos representar a la palabra discapacidad sin la capacidad, comenzando a criticar cómo medimos, en plena influencia mercantilista y capacitista, el valor de lo humano, lo deseado, lo importante. La capacidad, lo que podemos hacer, lo que podemos lograr nos hace sentir superiores; instalando jerarquías ridículas, competencias, desdibujando los sentidos de lo colectivo. Inclusive en los activismos, quienes más convocan, pueden difundir, pueden hablar, pueden salir a la calle, son activistas que se reconocen:

Por eso, desde este activismo disruptor, nuestros cuerpos discas son un espacio de resistencia y lucha contra ese sistema opresor y disciplinador. Venimos a romper con la idea de que hay una sola forma de militar, y a derribar la noción de presencia en carne y hueso para hacer activismo. (Ibíd., p. 167).

Lo colectivo se representa en el libro como interdependencia, como dice Natalia Pelillo, «la verdad es que las redes de apoyo son el principio para destejer las marañas» (p. 144). La participación de Laura Alcaide, Juan González Marcos, Julia Risso, Laura Lemura, y otras cuyas identidades se reservan, permiten ampliar lo experiencial, mostrando cómo el sistema capitalista cisheteropatriarcal determina las vidas, forzando a todo lo que se sale de sus parámetros a encajar de las maneras más violentas.

Estas formas de disciplinamiento se muestran, por ejemplo, en el relato de una mujer que, a sus 20 años, reivindicó su rechazo a las formas médicas de rehabilitar y corregir el cuerpo:

Mis genitales eran diferentes respecto del binarismo de hombre o mujer. Nací sin vagina y sin útero, mis ovarios son tan pequeños que hasta que no me hice una tomografía computada, estaba en la incertidumbre de si los tenía o no (…).

Busqué experiencias de personas que tuvieran mi misma condición y lo primero que encontré fue el artículo de una mujer, ella tenía Síndrome de Rokitansky. Fue muy doloroso leer su vivencia con respecto al tema. Ella contaba que sus parejas la abandonaban porque no podía tener relaciones sexuales. (Ibíd., p. 136).

La militancia disca fue la que permitió, a partir de entender la lógica del modelo médico, poder decidir qué hacer en ese momento. Por supuesto, la alternativa médica se vinculaba a una reconstrucción genital que respondiera a los cuerpos completos y capaces de reproducirse, mandato que, además, atraviesa las formas de habitar lo femenino o lo masculino. Aceptar y vivir una corporalidad diversa, involucró para ella:

Encontré a personas que se autopercibían intersex, si bien conocía el término, no sabía lo que implicaba. Tenía una idea y conceptos muy errados que comunicándome y charlando con compañeras que militaban la intersexualidad, por suerte, pude corregir.

Mi corporalidad es diversa y soy una mujer intersex (…). Comprendí que era la cisheteronorma la que me había confundido y hecho mucho daño (…). Conocí historias terribles de compañeres que murieron en manos del maldito modelo médico, que busca terminar con la diversidad corporal. (Ibíd., p. 137).

Una de las bellezas más imponentes de la obra es la creatividad. El campo de estudios en discapacidad necesitaba esas mariposas, flores, colores y los bastones bandera de lucha y reivindicación. Necesitábamos un libro que nos ayude a crear alternativas sobre discapacidad, pero que finalice así: «Ríen tus ojos color naturaleza» (Ibíd., p. 452)

Referencias bibliográficas

TRAVESANI, D. (2022). Me proclamo disca, me corono renga. Rosario. Laborde.