Educación y Vínculos. Revista de Estudios Interdisciplinarios en Educación

Universidad Nacional de Entre Ríos, Argentina

ISSN-e: 2591-6327

Periodicidad: Frecuencia continua

núm. 10, 2022

Conversaciones para un feminismo descentrado

Saberes blandos, plasticidad social y eróticas cuir en la Universidad. Narrando experiencias desde la Maestría en Plastilina e Investigaciones-Vidas en Educación

Soft knowledge, social plasticity and queer erotics at the University. Narrating experiences with the Master’s Degree in Plasticine and Research-Lives in Education

Francisco Ramallo,
Universidad Nacional de Mar del Plata - CONICET , Argentina
Claudia Viviana Blanco,
Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina

Recepción: 09 Septiembre 2022

Aprobación: 24 Noviembre 2022



Resumen: En este artículo compartimos un texto escrito a cuatro manos en el que narramos la propuesta de investigación, formación y acción que conformamos con el Grupo de Extensión Pedagorgía. Como oportunidad de valorar saberes blandos y desprestigiados socialmente, la idea de plastilina orienta el modelado de algunas coordenadas que al calor de esta escritura cobran sentido para reconocer las contribuciones epistémicas de un proyecto de extensión universitaria. Asimismo, desde el nombrar de las investigaciones-vidas en educación, nos escribimos en una experiencia académica que emerge en el desmarcar de la normalización del conocimiento positivista, objetivo, neutral y omnipresente centrado en la extracción de datos empíricos. La plasticidad social de estos saberes modela eróticas cuires, descomponiendo figuras a pesar de la universidad.

Palabras clave: educación, extensión, investigaciones-vidas, pedagogías cuir, plastilina.

Abstract: In this article we share a text written by four hands in which we recover the research, training and action proposal that we make up with the Pedagogy Extension Group. As an opportunity to value soft and socially discredited knowledge, the idea of ​​plasticine guides the modeling of some coordinates that, in the heat of this writing, make sense to recognize the epistemic contributions of a university extension project. Likewise, from the naming of research-lives in education we write ourselves in an academic experience that emerges in the unmarking of the normalization of positivist, objective, neutral and omnipresent knowledge focused on the extraction of empirical data. The social plasticity that these knowledges model queer erotics, decomposing figures despite the university.

Keywords: education, extension, research-lives, queer pedagogies, plasticine.

Introducción

Lo queer es una forma de negatividad que reivindica, en vez de rechazar, conceptos como vacuidad, futilidad, limitación, ineficacia, esterilidad, improductividad. Si queremos que lo antisocial se transforme en teoría queer debemos estar dispuestos a alejarnos de la zona de confort del intercambio educado, con el fin de aceptar una negatividad verdaderamente política, una que, esta vez, prometa fracasar, dar por el culo, cagarla, pegar gritos, ser rebelde, maleducado, provocar resentimiento, devolver el golpe, hablar alto y fuerte, interrumpir y escandalizar. (Halberstam, 2011, p. 122)

En 1995 Deborah Briztman publicó un texto en Educational Theory –de la Universidad de Illinois– en el que preguntaba por la existencia de una pedagogía queer, invitándonos a no leer la posibilidad de su existencia de un modo recto.1 Descentrada la heteronormatividad, la pedagogía crea sentido sobre lo que se descarta o no se puede tolerar saber. El dar cuenta de las relaciones entre un pensamiento y lo que no se alcanza a pensar es, entonces, una performance impertinente que en su ejercicio académico reconoce tres instancias metodológicas para descomponer al conocimiento de los cuerpos y a los cuerpos del conocimiento. Para Britzman (2016 [1995]) el estudio de los límites, la ignorancia y las prácticas de lectura, son oportunidades de arriesgar al ser y que todos los cuerpos importen.

Nuestras blandas prácticas de reinvención buscan alejarse del vicio pedestre de la pedagogía (Mesquita, 2022), en la plasticidad, elasticidad y flexibilidad de las tuteladas teorías queer en la educación. Desde la co-participación en la generación de conocimientos dentro de los diferentes territorios en los que vivimos y en los que nos narramos, la organización de talleres públicos de investigación, formación y acción (Suárez, 2016) estructuran estrategias de edición pedagógica y prácticas performáticas de divulgación de lo que para nosotres implica una descomposición de la orientación del sujeto al (medio) ambiente pedagógico. El valor de lo manual y de las manos para la reivindicación social combate la impermeabilidad metodológica, la miopía epistemológica y el autismo existencial de la educación. Con su plasticidad las ausencias no son olvidos, sino pérdida de experiencias, tal como las llamó Boaventura de Sousa Santos (2010). Valores intelectuales de los esquemas de pensamiento como la pedagogía crítica, caracterizados como emancipatorios y mantenidos dentro de los límites de las políticas imperiales del conocimiento.

Componiendo un ambiente de educación viva para adultes al interior, en el borde y a pesar de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), en esta oportunidad ampliamos nuestras prácticas de intervención desde un reconocimiento de investigaciones-vidas en las modalidades artísticas, especiales, iniciales y no formales (si consideramos el burdo nombrar de la normatividad del Ministerio de Educación de la Nación). En tanto ambientes en los cuales vivimos y nos narramos, el proyecto Cuir en Educadores II: Maestría en Plastilina e Investigaciones-Vidas en Educación se originó a partir del vínculo social que formalizamos entre la comunidad de aprendizaje de educación viva El Canto del Fuego y la Universidad Nacional de Mar del Plata con el Proyecto de Extensión Cuir en Educadores: Talleres, Performances y Jornadas de Educación Viva para Generar Materiales Didácticos Disidentes desarrollado entre los años 2020 y 2021 y la formación del Grupo de Extensión Pedagorgía en 2019.

Partimos de advertir la falta de imaginación en las teorías de la educación, que en su composición olvidan su condición performática, erótica, sensorial, afectiva, corporal y espiritual. Durante el 2019 participamos en diferentes instancias de formación sobre las pedagogías queer y la educación sexual a partir de actividades con la Secretaría de Extensión de la Facultad de Humanidades que derivaron en la creación del Grupo de Extensión Pedagorgía: el Taller Pedagogías Cuir en conjunto con El Canto del Fuego, las I Jornadas de Estudio sobre las Pedagogías Cuir, las I Jornadas de intercambio territorial: Experiencias comunitarias en la Teorías de la Educación y el Encuentro Masturbarte en el marco del I Encuentro de Género, Arte y Diversidades que co-organizó Acción-Diversa. Entre 2020 y 2021 llevamos adelante el primer proyecto Cuir en Educadores… realizando una serie de talleres, instalaciones, performances, seminarios internos y grupos de escritura y edición pedagógica. La imposibilidad de poder desarrollar actividades presenciales potenció nuestra articulación internacional con la red investigaciones-vidas en educación que conformamos a partir de un acuerdo de cooperación institucional multilateral con la Universidad de La Serena en Chile y El Instituto Federal de Educación de Sordos en Brasil.

Imagen 1. Presentación de la instalación Sobre-Interpretación (Estifique y Ramallo, 2022) Teatro Auditórium, Mar del Plata.
Imagen 1. Presentación de la instalación Sobre-Interpretación (Estifique y Ramallo, 2022) Teatro Auditórium, Mar del Plata.

Una maestría

Entre las calles y la Academia reconocemos la necesidad de autorizar narrativas que desorientan las prácticas educativas entre los individuos y los ambientes, expandiendo su conceptualización a la vida más allá de su escolarizada y ritualizada ficción. En una valorización de los lenguajes artísticos, las experiencias de las infancias y los contextos de educación de personas con discapacidades, buscamos desorientar la mediación pedagógica y la posición tutelar en los vínculos sociales que desde la UNMDP se realizan en diferentes comunidades. Especialmente cobraron protagonismo tres contextos, la Escuela de Educación Especial N.º 504, El Jardín de Infantes N.º 934 y El Canto del Fuego en Mar del Plata.

La educación como forma autorregulada de habitar nuestros ambientes, proyectando pensamientos en la tonalidad de nuestros cuerpos y el auto-percibir de lo intangible, dado que nuestros territorios no son jerarquías. Desde la pedagogía cuir nos proponemos alejarnos del vicio pedestre de la pedagogía en una des-composición de la teoría cuir, feminista e interespecista que desgenera nuestro vínculo social y movilizar saberes en los ambientes en los que vivimos (Ramallo, 2019). La expansión corporal y el espíritu que bell hooks (2021) desacraliza en la pedagogía crítica, que se planifica intelectualmente en un formulario a hacer completar, autoriza prácticas y narrativas desde el marco conceptual desarrollado desde las investigaciones-vidas en educación (Godoy Lenz, Ramallo y Ribeiro, 2022). No somos pedagogues, somos pedagogías, no somos de la universidad, somos ambientes a pesar de su patriarcal, racista y colonial institucionalidad. Las jerarquías no permiten el fluir de la vida como apuesta a no aniquilar las posibilidades que nuestro lazo erótico propaga con el mundo en el que no hay aquí ni allá. Las críticas a la mediación pedagógica (Mesquita, 2022), la continuidad de las experiencias de las infancias (Godoy Lenz, Ramallo y Ribeiro, 2022), la singularidad como conversación minúscula con la diferencia (Guedes y Ribeiro, 2019) y las composiciones pedagógicas que deformadas estallan la linealidad recta de una perspectiva de un género sin problematizar, producen una extensión crítica-intelectual y el estatismo público que impide reconocernos como común-unidad.

Una metodología fuera de la metodología es la que se compone en ambientes y no en críticas posiciones a individualizar. Es por ello que, más que implementar una metodología, nos interesa auto-reconocernos en los territorios de educación social a partir de la organización de una propuesta de investigación, formación, y acción (Suárez, 2016). La plastilina indaga lo blando en territorios disidentes, aquello que solemos descartar y dejar atrás de nuestro vínculo social. Retazos móviles de la hibridez de la teoría reconocen una débil performatividad, descomposiciones en las formas de vincular a la extensión con las comunidades en investigaciones-vidas, cuya producción de saberes emerge a partir del juego, el arte, la naturaleza y la infancia que conversa con una agenda social olvidada en las teorías feministas, cuir e inter-especistas de la universitaria normalidad.

Tanto al interior como al exterior del grupo Pedagorgía, fue la demanda por acceder a una propuesta de formación, el puntapié para la co-organización de talleres. Como dispositivos pedagógicos que cuestionan la estabilidad entre el saber y el poder en tensión con la horizontalidad del deseo del binomio teoría y práctica, nos interesan por los límites, ignorancias, resistencias y ausencias que gestan. Actuando como condiciones políticas del movimiento de nuestros cuerpos en la potencia de la repetición de lo espontáneo y lo efímero y en conjunción con las técnicas que no soportamos conocer, las estrategias de generación de talleres devienen en espirales cuyos únicos sinsentidos son sedimentados en la historicidad de una temporalidad afectada por la vida.

La manera en la que se expande la vinculación con la comunidad, a partir de la práctica cotidiana que deviene de este proyecto en la escucha disidente de lo que tocamos, nos impulsa a dimensionar lenguajes y voces en tres registros. El primero de ellos es en el interior de la UNMDP y a su simbólica representación social. En este se manifiesta la restauración de las investigaciones-vidas en educación como formas de conocer, ser y saber. En un segundo registro con la Escuela de Educación Especial N.º 509, el Jardín N.º 934 y El Canto del Fuego, se potencializan experiencias de producción de saberes educativos en territorios. En un tercer registro, en este proyecto, la común-unidad es comprendida como el ambiente articulador que pone en riesgo una cooperación mediadora. Entonces, la asociatividad y participación comunitaria aluden a la capacidad de mejorar la (auto) sustentación y la contribución a la generación o fortalecimiento de políticas públicas en los ambientes.

Imagen 2. Integrantes del equipo de Pedagorgía, diciembre de 2021.
Imagen 2. Integrantes del equipo de Pedagorgía, diciembre de 2021.

El ficcional límite del realismo epistémico para las comunidades participantes significa una conversación con la institucionalidad de la teoría cuir, feminista e inter-especista en la vida académica. La documentación teórica, la intelectualización de las pedagogías cuir y la narrativización de los relatos de experiencias educativas enmarcan los resultados esperados al interior de esta comunidad. Al mismo tiempo que exteriormente componen una oportunidad de restaurar formas canónicas y tradicionales que aún posee vigencia en el cotidiano de los enclaves significativos de la educación de la esfera pública. Para la UNMDP significa experimentar en su seno una experiencia de educación-vida. Las incomodidades y desorientaciones son dos factores que articulan el sentir, hacer y pensar que emana de esta comunidad. Esperamos, por un lado, fortalecer el vínculo con instituciones extrauniversitarias que nos erotizan en su compromiso con abrir espacios de conocimientos autogestionados para la comunidad. Y por otro, deseamos establecer un lazo de comunicación desde la universidad hacia la comunidad más cercana para desencajonar saberes a los cuales tememos conocer.

La Maestría en Plastilina desarrollada entre marzo de 2022 y marzo de 2023 se organizó a partir de doce componentes curriculares. Dos seminarios dictados en articulación con la Secretaría de Posgrado de la Facultad de Humanidades de la UNMDP, el seminario Investigaciones-vidas II a cargo de Rossana Godoy Lenz, Francisco Ramallo y Tiago Ribeiro en abril y el seminario Cuerpo, Arte y Naturaleza en la Formación del Profesorado a cargo de Adrianne Ogeda en mayo de 2022. Los diez talleres secuenciados en los diferentes territorios que co-habitan este proyecto fueron: El propio cuerpo como archivo para perfor(m)ar la enseñanza coordinado por Camila Kevorkian, Subjetividades des/instalación coordinado por Francisco Ramallo y Magui Monroe, El éxtasis de las cuerpas coordinado por Mica Towers, Sobre-interpretación coordinado por María Alejandra Estifique, Pedagogía de lo vivo y aprendizajes corporeizados coordinado por Ileana Villaverde, Cuerpo-grupo: entramados que sensibilizan y (per)(trans)forman la educación coordinado por Irina Errandonea y Dolores Pazos, ¿Te animas a jugar?: Taller para adultos coordinado por Malala Galasse, Pedagogía de las diferencias coordinado por Débora García y el taller Está en nuestras manos coordinado por Claudia Blanco.

La sensibilización nos provoca más que la capacitación. Re-crear ambientes, procesos, obras, materiales, modos de ver y de hacer en relación con el arte, se encuentran fuertemente arraigadas a las perspectivas teóricas que trascienden sus componentes meramente instrumentales. Pensar la posibilidad de un programa de posgrado en plastilina en el marco de un proyecto de extensión universitaria, nos remite a nuestras historias y a los significados que tenía su uso, en los muchos materiales que se exploran para modelar. Nos gustó esta palabra porque también invita a la descomposición (Ramallo, 2019). La plastilina, un material mágico, atractivo, lleno de texturas y colores que se convierte en estrella cuando de afectos se trata, porque acompaña los desprendimientos, los cambios, la adaptación a nuevos espacios sociales y a otras personas ajenas al ambiente familiar. En este camino autobiográfico poder encontrar nuevos sentidos en esta actividad creativa, ya no sólo en los tiempos de la niñez, sino para toda la vida y en especial desde las investigaciones-vidas y la visibilidad de las tareas domésticas (Godoy Lenz, Ramallo y Ribeiro, 2022).

En plastilina

En la educación hay arte y en el arte existe una variedad de lenguajes educativos. En los años treinta del siglo XX John Dewey, postulaba la noción de experiencia estética que relaciona el arte con lo cotidiano, con el cuerpo, con la actividad y con la creación. Para Dewey el arte no es algo lejano, esotérico, sino que tiene una función en nuestras vidas. El arte es una actividad experiencial, tanto en su producción como en su recepción. Las experiencias estéticas son manifestaciones de nuestro potencial, desplazan el arte de las obras hacia el hacer y los creadores. Desmontar lentamente su carácter elitista para situarlo en la sensibilidad, mezclar géneros y disciplinas en el placer sensorial. El arte es para John Dewey una actividad experiencial, tanto en su producción como en su recepción, es un agente de experiencia estética y no solamente un material de estudio o análisis (Dewey en Contreras, 2016). La experiencia estética no se confunde con la técnica que utiliza el artista, ni con las que utiliza el destinatario que disfruta de la obra de arte (Augustowsky, 2019).

Todos los aspectos que hasta entonces habían sido considerados negativos como la espontaneidad, la emotividad, la soltura del trazo, ver el mundo sin ataduras ni preconcepciones esteticistas, comienzan a ser valorados y definidos como pertenecientes al campo artístico a partir de la defensa del arte infantil, explica Gabriela Augustowsky (2019). Al dibujar el niño se inscribe en el mundo y se hace metáfora de sí. No parte de un propósito estético o de su interés por la búsqueda de formas, sino que surgen como consecuencia de su modo particular de hacer y de ver. Una actividad espontánea y natural. Los garabatos, en una experiencia de gozo sensorial y cenestésico vinculado al concepto de lo material, de satisfacción por la producción de efectos visibles.

La imaginación y la fantasía se encuentran en relación directa con la experiencia acumulada, de allí la diversidad de las formas de creación a lo largo de la vida de cada individuo. La plastilina como modo, como operación situada e interesada para indagar los procesos creativos que (com)ponen nuestras investigaciones, para hacer de ellas, potencias creativas que agencien nuestras conversaciones. La plastilina no es ilustración o estampa alegórica, sino que se asume más allá de su plástica materialidad en las prácticas blandas que genera en el educar. Cuando se ofrece por primera vez un material para modelar en un ámbito educativo, es importante tener en cuenta que esa no es la primera vez que les niñes modelan, seguramente ya lo han hecho con la comida, miga de pan, arena, barro, con el objeto de satisfacer sus necesidades. De manera que sólo se está haciendo resurgir algo que ya conocen. Las propuestas centran su propósito en la necesidad de les niñes de manipular, jugar con el material, aplastarlo, cortarlo, apretarlo, tocarlo, conocerlo para luego llegar a la creación; favorece la autodeterminación de les mismes y permite por la gran carga simbólica, vivirlo como una prolongación de sí mismo, a través de un proceso de identificación con el material utilizado, favoreciendo el control de esfínteres y ampliando el bagaje de experiencias comunicativas.

En todas las actividades expresivas y en especial en el modelado, lo importante es el proceso, el desarrollo del juego y la alegría frente a la realización, sin importar al momento de evaluar, el producto final, sino lo que se pudo observar en la interacción de les niñes con el material a modelar. Los colores, las texturas y los olores constituyen propiedades atractivas de las masas, plastilinas, barro, arcilla y otros muchos elementos que se utilizan para esta actividad, en todos los casos son propiedades generadoras de aprendizajes para la vida, ya que promueven espacios para agudizar los sentidos, ejercicio que es muy valioso para la sensibilización y el desarrollo de la autoestima. Cuando se abordan los diferentes materiales, las actitudes de les niñes varía, están los que disgregan el material, modelan las partes separadamente y aquellos que utilizan toda la masa sin separarla. Actitudes tan diferentes frente al uso del material, no hablan solo de modos diversos de creación, sino de diferentes formas de pensar. En este sentido, respetar las habilidades propias de cada estudiante, es respetar su individualidad y ese modo particular que tiene de apropiarse de los aprendizajes, del mundo que lo rodea.

Los primeros pasos de les niñes explorando materiales y descubriendo sus posibilidades expresivas, permiten que vayan adquiriendo habilidades y consecuentemente sentirse más seguros, descubriendo el sentido de cada una de sus acciones. Este primer momento invita a la exploración y al conocimiento de los materiales de manera libre, constituyéndose como imprescindible para iniciarse en el camino de transformación en un lenguaje de expresión y comunicación. Es importante tener presente que no es necesaria la interpretación de lo que se observa, la misma estaría teñida de nuestra subjetividad y empobrecería la propia expresión de les niñes, lo importante es ver los procesos, los modos en que se apropian del material, las reacciones, los tiempos, esta observación nos ayudará a (re)conocer su esencia.

«Los adultos, muchas veces solemos reducir sensaciones y apreciaciones sutiles a simples palabras, pero los niños pequeños posiblemente por sus limitaciones con el lenguaje verbal o escrito desarrollan ampliamente su percepción visual» (Origlio et al., 2010, p. 129). Pudiendo hacer un paralelismo con las investigaciones-vida, invitamos a desarrollar nuestra percepción, nuestra sensibilidad para desplegarla en los campos a investigar, pararnos desde perspectivas creativas, llenar la investigación de magia, de colores, de olores, de naturaleza, de arte. Y como les niñes con la plastilina, amasar, golpear, aplastar, acariciar, separar y volver a (re) armar, explorar, oler, crear, hasta lograr que el modelar sea parte de la transformación de la investigación, otro lenguaje, modos otros de expresión que pueda dialogar con otros saberes.

Como pasta moldeable compuesta de arcilla plástica, cera, aceite, azufre y cinc fue empleada en la educación inicial para que les niñes hagan con ellas figuras. Es un material fabricado con plástico, se consigue en colores variados y está compuesta de sales de calcio, vaselina y otros ingredientes como el aceite que le dan esa propiedad engominada y que proporciona la facilidad de moldearse. Suele referirse a que fue inventada en el año de 1880 por el farmaceuta alemán Franz Kolb y además de su uso artístico, es utilizada para jugar en la destreza con las manos y la imaginación (Casullo de Mas y Pellicciota de Alonso, 1982). Lo mejor de trabajar con la plastilina es que a diferencia de la pintura o la escultura, la obra realizada puede ser repetida muchas veces, tanto por el creador, como por otras personas porque este material así lo permite. La plastilina ha servido también en la animación de producciones de cine y televisión, a pesar de que a nosotros nos atrae su práctica más que su materialidad, dado que nos asusta su carácter plástico. Desde esta reflexión debemos saber que con los mismos propósitos se pueden utilizar masas realizadas con otro tipo de materiales más ecológicos tales como la harina, sal, arena, agua y otros.

Imagen 3.  Taller de modelado de masas “Está en nuestras manos”, septiembre de 2022.
Imagen 3. Taller de modelado de masas “Está en nuestras manos”, septiembre de 2022.

Investigaciones-vidas

En el intermedio entre docencia, investigación y extensión, desarrollamos una propuesta que reconoce el valor artístico de la producción pedagógica, la performatividad del conocimiento desprestigiado y la domesticidad de las investigaciones-vidas (Godoy Lenz, Ribeiro y Ramallo, 2022). Este desplazamiento erótico, entre la ontología y la performatividad, entre lo que es y lo que podemos hacer con aquello que es, devienen de experiencias de investigación comunitarias. Habitando experiencias disidentes y rechazadas por los habituales circuitos de la producción académica y educativa, reconocemos que a pesar de que las formas (hetero)patriarcales afectan profundamente los espacios educativos que habitamos, lo que llamamos pedagogías cuires movilizan prácticas y discursos que intervienen en los efectos de su normalidad. Por tanto, acompañades por demandas comunitarias afirmamos que podemos huir de las heridas que están en nosotres, intervenir en las desigualdades existentes para acceder a dinámicas de aprendizaje comunitario en la vida social y el espacio público.

Ocupa un lugar fundamental el lazo erótico y comunitario que hemos constituido como comunidad, activando una experiencia de educación viva para adultes que se enraíza en el autoconocimiento, la experiencia sensorial, la conciencia corporal y la expansión de la afectividad disputando los sentidos extractivistas asociados a la erótica de lo colectivo que colocan a los saberes de la educación en un primer plano. Intercalando lo porno, que recoge el famoso lema «sexo grupal derriba el capital», aquí nos interesa resaltar el valor de sedimentar una comunidad de aprendizaje en la que la liberación del conocimiento no sea sólo intelectual, sino también corporal y afectiva (hooks, 2021).

Desde la restauración de nuestras capacidades afectadas y afectivizantes, el placer deviene en una oportunidad para subjetivar nuestros deseos y no sólo ser cuerpos al servicio de la objetivación. Es por ello que el sufijo -orgía no debe leerse en los términos sexuales de la normalidad hétero (Britzman, 2016 [1995]), sino más bien en la potencia de cuerpos pulsantes que se reconocen a sí mismo en la expansión colectiva de sus deseos. Una pedagorgía cítrica en analogía con el consagrado discurso de la liberación que se (auto)arroga una potestad patriarcal de decidir lo que les otres deben intelectualmente aprender establece un límite (Ramallo, 2019). Abraza la ironía cuir y el juego con el lenguaje, como primer contrato social a implosionar para la supervivencia de todes. Con las investigaciones-vidas en educación esperamos disputar el concepto normativo de erotización y la rigidez de la manera en la que se producen sus saberes. Frente a la pedagogía institucionalizada valoramos el intelecto tanto como los afectos del cuerpo desheterosexualizado, a partir de gestos domésticos, íntimos y cotidianos.

La preocupación por lo extraño, hace que disfrutemos de lo que nos asusta. Sensaciones, aquellos modos cinematográficos y narrativos, que más que modos de percepción son como modos de ser. Lo familiar como extraño, la manera en la que el mundo doméstico no coincide consigo mismo. Lo raro y lo espeluznante actúan a la inversa, ya que nos permiten ver en el interior desde la perspectiva exterior (Fisher, 2021). Lo raro es aquello que no debería estar ahí. La forma que quizá encaja mejor con lo raro es el collage, la unión de dos o más cosas que no deberían estar juntas. El inconsciente como máquina de montaje y generador de extrañar yuxtaposiciones, en la mirada de Fisher (2021), el autor recuerda que no existe lo interior como asimilación de lo exterior, el espejo se resquebraja, soy otra persona y siempre lo he sido. El erotismo es una confusión y un desvío del referente más intenso. Formas enrevesadas de tiempo y casualidad que son ajenas a la percepción corriente. Lo raro conlleva la sensación de algo erróneo, una entidad u objeto que es tan extraño que nos hace sentir que no debería existir, o que, al menos, no debería existir aquí. La exterioridad real es clave para entender lo raro. Un afuera que irrumpe a través de encuentros con entidades anómalas desde un pasado lejano, en estados alterados de conciencia o en giros extraños de la estructura temporal. El encuentro con lo exterior suele acabar en conmoción. Si lo exterior invade cada vez más el espacio de un sujeto humano, se pueden apreciar sus contornos extraños, mientras que al tratar de captar lo desconocido, ilimitado y horrible sin ningún tipo de referencia al mundo humano. Lo exterior no es empíricamente exterior, sino trascendentalmente exterior, es decir, no es que esté lejos en el espacio y en el tiempo, sino que está más allá de nuestra experiencia corriente. Lo innombrable, indescriptible y lo invisualizable, se constituye por una falta de ausencia o por una falta de presencia. Surge si hay una presencia cuando no debería haber nada, o si no hay presencia cuando debería haber algo.

En síntesis, la intención de escribir este texto fue movilizar una narrativa que creemos, más allá de realismo y lo definido como extraño, valora saberes blandos y desprestigiados en la jerarquía epistémica universitaria. La idea de plastilina orienta el modelado de algunas coordenadas que al calor de esta escritura cobran sentido para reconocer las contribuciones epistémicas de un proyecto de extensión universitaria. Desde el nombrar de las investigaciones-vidas en educación (Godoy Lenz, Ramallo y Ribeiro, 2022) nos escribimos en una experiencia académica que emerge en el desmarcar de la normalización del conocimiento positivista, objetivo, neutral y omnipresente centrado en la extracción de datos empíricos. La plasticidad social de estos saberes modela eróticas cuires, descomponiendo figuras a pesar de la universidad.

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Notas

1 Si bien, en nuestra comunidad desde el sur, optamos por evitar el término queer y escribirlo como cuir, utilizamos ambas inscripciones respetando la enunciación de los autores según cada contexto. Del mismo modo, si bien conservamos mayoritariamente la utilización del masculino universal, en este texto consideramos oportuno utilizar la /e/ por su potencial desestabilizador respecto de los lenguajes (inclusivos).