Artículo

ISSN: 2591-6327



Ortmann

Otras pedagogías para otras tecnologías. Aprendizajes, miradas y experiencias en la intersección de software libre y transfeminismo en Argentina

Cecilia Ortmann, Universidad Nacional del Litoral - Universidad de Buenos Aires | cortmann@fich.unl.edu.ar

DOI: https://doi.org/10.33255/2591/1139

Resumen
En este trabajo analizo un conjunto de experiencias recientes, todavía aisladas e incipientes, que van teniendo lugar en los últimos años en el campo activista en Argentina, que explícitamente buscan tender puentes entre software libre y transfeminismo. Tomando como principal insumo empírico los testimonios de participantes de estas iniciativas, el foco está puesto en los recorridos que elles trazan en este ámbito a fin de identificar los aspectos recurrentes que pueden favorecer una apropiación transfeminista del software libre. Para desarrollar este planteo, propongo inicialmente un acercamiento a los principales rasgos del software libre y los matices que este movimiento adquiere en el escenario contemporáneo, específicamente en relación con el tema aquí abordado. Luego expongo brevemente el encuadre metodológico de este trabajo y por último despliego los resultados de la indagación, identificando una serie de características que comparten las experiencias y recorridos relevados, particularmente en torno a las formas de aprendizaje.

Palabras clave: software libre - transfeminismo - activismos - aprendizaje - comunidades.


Other pedagogies for other technologies. Learnings, views and experiences at the intersection of free software and transfeminism in Argentina

Abstract
In this paper I analyze a set of recent experiences, still isolated and incipient, that have been taking place in the last few years in the activist field in Argentina, which explicitly seek to build bridges between free software and transfeminism. Taking the testimonies of the participants of these initiatives as the main empirical input, the focus is placed on the paths that they trace in this field in order to identify the aspects that favor a transfeminist appropriation of free software. In order to develop this argument, I initially propose an approach to the main features of free software and the nuances that this movement acquires in the contemporary scenario, specifically in relation to the issue raised here. Then I briefly explain the methodological framework of this work and lastly, I present the results of the research, identifying a series of characteristics shared by the experiences and paths surveyed, particularly with regard to the forms of learning.

Keywords: free software - transfeminism - activism - learning - communities.



Introducción

En el transcurso de la última década, en todos los campos del conocimiento, la creciente visibilización y divulgación de las demandas históricas de los transfeminismos ha movilizado la planificación e implementación de estrategias que buscan interpelar y deconstruir la tradicional conformación androcéntrica de los saberes y de las instituciones. En el caso de la informática, este androcentrismo que denuncian las teorías y praxis transfeministas se expresa principalmente en la brecha de género cuantitativa, constituyendo en la actualidad uno de los sectores más desiguales en términos de la identidad de les sujetes que integran este campo (Castaño et al, 2009; Natansohn, 2013; Castaño y Webster, 2014). En este sentido, los esfuerzos se han orientado mayormente a incrementar el número de mujeres y personas LGTTBIQ+ en las carreras universitarias y en el mercado laboral de la industria informática como ámbitos prioritarios en el diseño, producción y mantenimiento de las tecnologías (Peña, Goñi y Sabanes, 2012; Bonder, 2014).

En este escenario, el movimiento de software libre también se ve interpelado por estas demandas y es convocado a revisar las estructuras, el funcionamiento y la participación en términos de género. A la vez que congrega a activistas en torno a un conjunto de valores que disputan los sentidos hegemónicos sobre el conocimiento y las tecnologías, los rasgos androcéntricos del campo informático se han acentuado en este ámbito (Lin, 2006). En esta línea, en trabajos previos he indagado y analizado los mecanismos que sostienen la conformación masculinizada de las comunidades de software libre en el contexto local, identificando un conjunto de prácticas sedimentadas que, supuestamente fundamentadas en las premisas de la libertad, la igualdad de oportunidades y la autonomía, refuerzan patrones cisheterosexistas que se expresan en la vinculación entre pares, en la comunicación entre y al interior de las comunidades y en la distribución de las tareas (Ortmann, 2015, 2017a, 2018, 2020).

Con el propósito de aportar nuevas reflexiones para avanzar sobre esta problemática, en este trabajo analizo un conjunto de experiencias recientes, todavía aisladas e incipientes, que van teniendo lugar en los últimos años en el campo activista en Argentina, que explícitamente buscan tender puentes entre software libre y transfeminismo. Tomando como principal insumo empírico los testimonios de participantes de estas iniciativas, el foco está puesto en los recorridos que elles trazan en este ámbito, a fin de identificar los aspectos que pueden favorecer una apropiación transfeminista del software libre.

Para desarrollar este planteo, organizo el artículo en tres momentos. En primer lugar, presento los principales rasgos del software libre y los matices que este movimiento adquiere en el escenario contemporáneo, específicamente en relación con el tema aquí abordado. En segundo lugar, expongo brevemente el encuadre metodológico, detallando la selección y composición de la muestra, así como las técnicas de recolección empleadas. En tercer lugar, despliego los resultados de la indagación, identificando una serie de características que comparten las experiencias y recorridos relevados, particularmente en torno a las formas de aprendizaje.

Del nicho informático a la democratización del conocimiento

En un contexto occidental movilizado por luchas sociales de diversa índole que venían sucediendo desde la década previa, el software libre tuvo sus inicios en Estados Unidos a principios de los ‘80, como una respuesta contestataria a las lógicas de propiedad intelectual y a las estrategias de mercado que ganaban terreno, especialmente en el ámbito académico (Vallejos, 2019). La definición de las cuatro libertades esenciales1 y la puesta en marcha del proyecto GNU2 fueron las primeras expresiones de esta iniciativa que, pensada en un principio desde y para un nicho informático, rápidamente se expandió a nivel global y fue adquiriendo distintos matices a la luz de las problemáticas y los activismos de cada región (Zuñiga, 2006; Ortmann, 2017b; Laborda y Guardia, 2019).

En la actualidad en el contexto latinoamericano, una mirada más compleja y articulada permite comprender al software libre ya no únicamente como una iniciativa de desarrollo, mejora y distribución de programas informáticos, sino como un movimiento social que incorpora a diversos agentes, con saberes e intereses igualmente heterogéneos. En otras palabras, hablar de software libre va mucho más allá de un tipo de programas o sistemas operativos: congrega a activistas en torno a un sistema de valores y una mirada ética sobre la tecnología que, con la libertad como horizonte, apuntan a garantizar un acceso democrático al conocimiento y promueven la cooperación como forma privilegiada de producción y circulación de la información (Ortmann, 2017b).

Sin embargo, en fuerte tensión con los propósitos que impulsan y los saberes que movilizan, los espacios vinculados al software libre se caracterizan por ser mucho más excluyentes en materia de género, en comparación con las industrias informáticas tradicionales (Lin, 2006; Salas, 2006; Natansohn, 2013). Las primeras estadísticas a nivel global se dieron a conocer hacia finales de 2002 en un informe que condensaba los resultados de una encuesta aplicada a inicios de ese mismo año, y que señalaba apenas un 1,1% de mujeres formando parte de las comunidades de software libre (Ghosh et al, 2002). Pese a las limitaciones metodológicas del estudio –por ejemplo, la respuesta voluntaria y la forma cisheteronormativa en que mide la variable sexo-género–, constituyó un primer acercamiento a la problemática, así como una muestra significativa de lo que pasaba en la práctica.

De esta manera, un creciente corpus de trabajos empezó a poner el foco en las formas de organización y funcionamiento de las comunidades de software libre, develando que constituyen espacios adversos para cualquier identidad no asociada a la masculinidad hegemónica (Lin, 2006; Salas, 2006; Haché, Cruels y Vergés, 2011; Nafus, 2012). Asimismo, de forma posterior se realizaron otros relevamientos, algunos enfocados en comunidades específicas, otros más abiertos y generales. Aún con estos matices y modalidades, la participación de mujeres y personas LGTTBIQ+ sigue siendo ampliamente minoritaria (Arjona-Reina et al, 2014; Garrigues et al, 2015; Izquierdo et al, 2017; Terrell et al, 2017).

En el contexto local y regional, este escenario ha demandado el diseño e implementación de iniciativas que buscan revertir el panorama desigual a partir de propuestas no limitadas a un incremento cuantitativo, sino fundamentalmente orientadas a una transformación de las prácticas que desalientan la participación, construyendo espacios seguros y sosteniendo un compromiso político por la democratización del conocimiento y de las tecnologías. En estas experiencias dialogan el software libre y el transfeminismo, y desde el encuentro de aspiraciones y valores comunes, permiten proyectar nuevos escenarios.

Notas metodológicas

Este trabajo se enmarca en un proyecto de investigación doctoral, cuyo dispositivo de indagación del problema, de recolección y construcción de datos, y de sistematización y análisis de la información responde a un enfoque metodológico de corte cualitativo que adopta elementos de la etnografía multisituada. En el recorte efectuado para este artículo, el corpus empírico está conformado por entrevistas realizadas a 12 personas –diez mujeres cisgénero y dos varones transgénero– que participan activamente en el movimiento de software libre en Argentina y por registros de observación participante en eventos impulsados por las comunidades de las que las personas entrevistadas forman parte.

La selección de la muestra intencional y no probabilística se basa principalmente en tres criterios. El primero refiere a que se reconozcan parte de una comunidad, es decir, que desarrollen sus prácticas activistas en el marco de una estrategia colectiva. El segundo criterio consiste en que les activistas manifiesten una identidad distinta de varones cisgénero, mayoritaria en estos ámbitos. El tercer criterio señala que participen o hayan participado como miembro activo en alguna iniciativa de software libre (charla, taller, evento, etc.) que transversalice temas de género/transfeminismo, ya sea como contenido explícito o como perspectiva implícita en la convocatoria, en la selección de oradores, en el uso del lenguaje, etc. La definición de estos tres criterios responde al interés de visibilizar identidades minoritarias en este ámbito, sus trayectorias y los vínculos que tejen entre software libre y transfeminismo.

El instrumento para la realización de la entrevista fue confeccionado de manera semiestructurada, con el propósito de identificar tanto los aspectos recurrentes como los particulares en las significaciones de género que caracterizan –marcan, delimitan, habilitan, restringen– la construcción de la trayectoria propia y de sus pares en el campo activista. La elaboración contempla un guion con la lista de preguntas o tópicos que nos interesa abordar, pero el orden y la estructura son flexibles y se adaptan a los matices que adquiere cada conversación en particular. Las entrevistas fueron realizadas en el período 2018-2019, en algunos casos de forma remota y otros casos de manera presencial en el lugar donde funcionan las comunidades de las que les entrevistades forman parte. En la presentación de los resultados, incluyo fragmentos de las entrevistas transcriptos de manera textual. Siguiendo las convenciones de la investigación social que bogan por la preservación del anonimato de participantes y colaboradores, cada entrevista es identificada con un número que corresponde al orden en que fue realizada.

Otras pedagogías para otras tecnologías

En las casi cuatro décadas de vida del movimiento de software libre, las prácticas y los discursos se han organizado en torno a la programación como actividad esencial y al hacker3 como figura estándar que la lleva a cabo (Meiszner, Glott and Sowe, 2007). En este sentido, los estudios que analizan la brecha de género en software libre son concluyentes al identificar esta relación centro-periferia entre la programación y el resto de las actividades como uno de los principales factores que contribuyen a la conformación altamente mazculinizada: no sólo hay pocas mujeres, sino que además desempeñan tareas invisibilizadas y poco valoradas (Krieger, Leach and Nafus, 2006; Lin, 2006; Salas, 2006).

Sin embargo, los incipientes diálogos entre software libre y transfeminismo, como los que se entraman en las experiencias aquí indagadas, ofrecen indicios para construir y reconocer otros saberes, otras trayectorias, otros vínculos con las tecnologías. Así, una mirada atenta permite identificar un conjunto de rasgos comunes que convergen en procesos en los que reescriben y resignifican los principios que históricamente se han asignado a los aprendizajes y a les sujetes que hacen software libre, habilitando de esta manera nuevos sentidos y prácticas.

En los apartados que siguen presento los resultados de la investigación organizados en dos momentos. En primer lugar, analizo algunos rasgos comunes en las formas de iniciación en el software libre, trazando puntos de encuentro entre las escenas de los primeros pasos que relatan las personas entrevistadas. En segundo lugar, planteo una serie de características que adoptan los recorridos que elles trazan y que permiten vislumbrar nudos de sentido para una apropiación transfeminista del software libre.

Aprender de otres

Desde el principio, las experiencias analizadas en este trabajo se muestran considerablemente diferentes de aquellas estandarizadas en este ámbito: mientras que en términos generales prevalece la educación informal o autodidacta y la impronta informática (Ghosh et al., 2002; Salas, 2006; Meiszner, Glott and Sowe, 2007), les activistas entrevistades tienen sólidas trayectorias en la educación formal (con titulaciones de grado y posgrado universitario) y se desempeñan en campos no directamente vinculados a la informática y/o ciencias de la computación, tales como humanidades, derecho, artes y ciencias sociales.

En el mismo sentido, su llegada al software libre se da también por otros caminos. A diferencia de la forma en que la mayoría de les participantes describen sus inicios vinculados a exploraciones individuales, propias del ámbito de estudio y/o laboral en informática (Ghosh et al., 2002; Salas, 2006; Meiszner, Glott and Sowe, 2007), estes activistas identifican claramente la palabra y la experiencia de une otre que les contó, les acercó la propuesta y les invitó a conocer qué es el software libre: «Conozco el software libre por primera vez a partir de un amigo que es ingeniero, que lo conozco por otros ámbitos, por actividades deportivas. Necesitaba una página web y él me ayudó y me mostró lo que era [el software libre]» (Entrevista N° 8).

Las personas a quienes les entrevistades señalan como primeros contactos son, en mayor proporción, amigues y, en un porcentaje menor, docentes de las carreras universitarias que cursaron y oradores en eventos académicos. Estas personas cumplen un papel fundamental en las experiencias en tanto que les introducen en un nuevo campo de saber, brindando acompañamiento y herramientas para esta incursión. Es decir que, en el punto de partida, en el inicio de este recorrido –que más tarde asumirán como una causa propia– resulta crucial el papel de otres que ya se desempeñan como activistas, defensores o promotores de software libre. Explica Alex Haché (2014) al respecto:

Para las personas cuyo activismo radica en el desarrollo de tecnologías libres, resulta (a menudo) importante conseguir convencer a sus propios amigos, familiares, compañeras de trabajo, así como a sus colectivos de pertenencia, de la importancia de valorar las alternativas libres. Más allá del carácter altruista de sus acciones, también deben idear maneras inclusivas, pedagógicas e innovadoras para convencer. (Haché, 2014: 9)

Desde este rol, esas personas que les acompañan inicialmente constituyen, en términos de Graciela Frigerio (2004), figuras habilitantes porque proveen de los saberes y de las condiciones para que una inquietud devenga oportunidad de nuevos aprendizajes. Considero relevante destacar dos aspectos de las figuras habilitantes a las que refieren les entrevistades: proponen un acercamiento al software libre orientado a intereses y necesidades particulares, y sostienen una politización de las tecnologías.

En relación al primer rasgo, las experiencias recogidas muestran que los primeros pasos vinieron de la mano de une otre que les reconoció como sujetes con habilidades, saberes, visiones, conocimientos. Es este reconocimiento el que permite aprendizajes centrados en las personas, sus prácticas y deseos:

Fui a un taller para radio, para operar radio, y ahí me doy cuenta que [la computadora] es una herramienta importantísima para esa actividad. Me compro una, empiezo con todos los programas de edición y ahí el flaco que me daba el taller me habla de Ubuntu, me cuenta todo lo que es la filosofía de Ubuntu y me acuerdo que mandamos a pedir el CD. (Entrevista N° 5)

Así, la intervención de otres aparece siempre como una invitación situada en tanto que considera las necesidades específicas de quien se inicia y promueve una apropiación vinculada a intereses personales: «Me encontré con la propuesta del software libre gracias a una amiga, que vio que lo que me preocupaba y lo que me interesaba de mi campo profesional en ese momento, estaba muy vinculado a lo que hacían las comunidades de software libre» (Entrevista N° 10).

En este sentido, esta aproximación al software libre adopta matices y crea las condiciones para lo que Luz Maceira Ochoa (2008) caracteriza como un aprendizaje basado en el partir de sí porque permite orientar y responder las inquietudes partiendo de la propia experiencia. En palabras de la autora: «Significa que el aprendizaje se desarrolla a partir de la propia identidad, de los propios deseos y necesidades, de la propia cotidianidad y de la experiencia vital, pues sólo en esa medida puede ser significativo» (Maceira Ochoa, 2008: 126).

En segundo lugar, el primer contacto con el software libre que ofrecen estas figuras habilitantes nunca es exclusivamente técnico. En mayor o menor medida todas las personas entrevistadas manifiestan que desde el principio les fue transmitido el carácter político de las tecnologías y la filosofía del software libre:

Conocí el software libre por un amigo. Aparece siempre él militando algo que yo no sabía muy bien qué era. Y desde donde más me seduce es el tema de la fotografía, y ahí me cuenta qué pasa con wiki y con las fotos. Y ahí es donde me meto de lleno y empiezo mi propio recorrido. (Entrevista N° 7)
Llegué al software libre a partir de una charla que dieron en el lugar donde trabajaba en ese momento (…) un grupo de estudiantes de una universidad, hablando de cómo habían hecho un sistema operativo propio, con otras lógicas, sin empresa, sin todo el aparato capitalista que para mí estaba asociado a eso de manera indefectible. (Entrevista N° 9)

La inscripción del aprendizaje en el plano tecnopolítico permite anticipar una formación que no se limita a proveer de procedimientos y destrezas en el uso de un sistema operativo o de programas informáticos: incentiva a involucrarse activamente en un movimiento social que persigue como fin último la democratización del conocimiento y la distribución de los recursos (González-Sánchez, 2007; Karanovic, 2008; Vallejos, 2019). Esta politización de lo técnico (Barandiaran, 2003) actúa no sólo como factor central y convocante en este nuevo aprendizaje, sino que permite anticipar una formación replicante del carácter tecnopolítico; en otras palabras, es posible vislumbrar la acción de activistas formando activistas.

De esta manera, en las experiencias de les entrevistades emerge la importancia de otres que convocan a algo nuevo, respondiendo a sus intereses y necesidades, a la vez que establecen una posición y una opción política sobre la temática. Mientras que para el transfeminismo –y en particular, para las pedagogías feministas/queer– este rol ya ha sido explorado y sistematizado como un aspecto favorable y necesario en los procesos educativos emancipadores, de forma aún preliminar estas figuras habilitantes parecen también ser tributarias de los recorridos que las activistas construyen a posteriori y que se despliegan en la intersección de software libre y transfeminismo.

Aprender con otres

Un segundo punto de encuentro en estas experiencias refiere a las formas en que les activistas se apropian de estos saberes y los recrean en aprendizajes con otres, formando comunidad. Es decir que las inquietudes iniciales de personas cercanas –figuras habilitantes recogieron para atraerles al software libre– luego devienen en un interés que les une a otres con un sentido de pertenencia y con una intención de transformación de las condiciones sociales que consideran injustas y desiguales.

Las comunidades que les entrevistades crearon y/o a las que se integraron son diversas en formato, estructura y propósitos; la flexibilidad del software libre para adaptarse y responder a distintas necesidades se traduce en distintos tipos de organizaciones que a su vez persiguen diferentes objetivos (Zuñiga, 2006; Ortmann, 2017b). Sin embargo, en esta diversidad es posible hallar una serie de trazos comunes. En primer lugar, este aprendizaje en comunidad privilegia la construcción colaborativa:

Algo que rescato es la horizontalidad en la toma de decisiones. (…) Una charla entre compañeres, decidiendo qué es mejor, qué conviene, qué nos conviene. No significa que sea todo color de rosa. Pero la forma en que circula la palabra me parece valiosa. Y muy vinculado a eso, la forma de producción. Que cada integrante aporte sus saberes, sea de programación, de diseño, de traducción, de comunicación, de lo que sea. Creo en realidad que son dos dimensiones de lo mismo, ¿no? (Entrevista N° 9)

Las experiencias recogidas arrojan luz sobre un proceso en el que convergen «características que son importantes para el establecimiento y mantenimiento de las comunidades de software libre» como el trabajo articulado entre pares, en tanto que «las comunidades participan en debates y construcciones colaborativas para conocer sus necesidades mutuas y negociar para producir algo significativo» (Scharff, 2002: 2). Sin embargo, en el caso de las personas entrevistadas, hay una transformación sustantiva de esa dimensión, porque lo que se está negociando y produciendo son identidades, individuales y colectivas, que buscan cambiar los vínculos y los escenarios que habitan:

No concibo nada que sea individual, me siento más cómoda con lo construido grupalmente: siento que se aumenta, siento que tiene potencia. Y ése es el lugar desde donde me paro conceptualmente para editar en Wikipedia, para trabajar en mi grupo de militancia, para los grupos en los que participo. Siempre construir con le otre. Me parece fundamental como modo de vida. (Entrevista N° 7)

En este sentido, la dimensión grupal es fundamental en todo proceso transfeminista de aprendizaje. Explica Maceira Ochoa (2008) retomando a bell hooks que:

(…) El grupo es fundamental en tanto espacio para la politización de la identidad, es el espacio en el que puede desarrollarse una estrategia que permita aumentar la comprensión de quiénes somos, la intensidad de nuestro sentido de intersubjetividad, nuestra relación con una identidad colectiva, es decir, en donde lo personal (entendido como algo meramente individual) puede ser pensado de manera diferente, sacado de espacios de ignorancia, comparado con otras posibilidades, asociado con otros conocimientos, entendido desde la realidad material en que se da la propia experiencia, y por tanto, politizado. (Maceira Ochoa, 2008: 166)

En segundo lugar, el aprendizaje en comunidad asume una visión política de las tecnologías, que se expresa en la voluntad de transformar las desigualdades y las injusticias sociales y políticas, y su expresión en la tecnología, sobre todo, con respecto a las formas de transmisión e intercambio de conocimientos (Haché, Cruels y Vergés, 2011: 75). Si bien esta mirada está presente desde sus primeros contactos con el software libre, se refuerza y se hace más explícita en la incorporación de estes activistas a comunidades de pertenencia (o en la creación de nuevas comunidades) y la definición de objetivos propios:

Me importa el problema del acceso, me importa el problema de las barreras para el acceso que mucha gente experimenta. Este sigue siendo mi principal guía y faro vector en todas las cosas que hago. Tratar de ver dónde están esas barreras y cómo podemos hacer para eliminarlas, sortearlas, o hacer que esas barreras no sean tan problemáticas. (Entrevista N° 6)

En las antípodas de cualquier mirada instrumental que entienda a la tecnología como una herramienta, un medio para cualquier fin o un instrumento neutro al servicio de las personas (Adell, 2018), las experiencias de les entrevistades dan cuenta de una clara percepción del entramado de elementos técnicos, económicos, políticos y culturales que intervienen en todo sistema tecnológico (Wajcman, 2006).

Con software libre tenemos la posibilidad de dar señales, de ir de a poquito filtrando… En nuestras manos tenemos la semilla, no perdamos de vista eso. Por ahí lo ponemos como si fuera un destornillador más. Y no, es la semilla desde donde podemos multiplicar un montón. Podemos trabajar, poner a disposición, generar lazos. (Entrevista N° 4)

Poner de relieve el carácter socialmente construido de las tecnologías, permite también conectar software libre y transfeminismo en su lucha por la igualdad, el empoderamiento y la emancipación. En este sentido:

(…) el software libre y el feminismo tienen mucho que ver el uno con el otro, como bien apunta la cyberfeminista Laurence Rassel: “En francés un sistema operativo se llama ‘système d'exploitation’ (sistema de explotación), entonces ser dueñas de tu sistema de explotación es lo mínimo, y cambiarlo es lo mínimo de lo mínimo. También la idea de compartir y cambiar juntas. Aquí no hay copias, todo el mundo tiene el original, esa posibilidad de compartir al igual las cosas es importante. Además, se puede entender cómo funciona, entrar en el código, es otro empoderamiento en la tecnología”. (Haché, Cruels y Vergés, 2011: 13)

De este modo, la visión política teje un ida y vuelta entre software libre y transfeminismo en el que se retroalimentan y enriquecen mutuamente, y que se expresa en distintas dimensiones. Por un lado, reconocen al software libre como un horizonte y escenario al momento de pensar la inclusión digital de mujeres y personas LGTTBIQ+:

Tenemos que cuestionar el enfoque de los programas de alfabetización digital para mujeres, donde buscan que nos acerquemos a la tecnología sin una mirada crítica, sin ningún cuestionamiento. No nos vamos a empoderar por aprender a programar y llegar a determinados puestos de trabajo. El feminismo es otra cosa, busca que nos apropiemos, y la tecnología que permite una apropiación real es el software libre. (Entrevista N° 3)

Por otra parte, desde esta visión política construyen una posición (auto)reflexiva que cuestiona los usos instrumentales de las tecnologías en el campo activista:

A veces parece que fuera una relación unidireccional: el feminismo le tiene que hacer ver al software libre el problema de la brecha de género. ¿Y al revés? ¿Qué pasa con las organizaciones feministas usando software privativo, comunicándose mediante plataformas corporativas…? Ahí hay algo que no estamos pudiendo ver. (Entrevista N° 2)

Reescribiendo aquella famosa proclama de Audre Lorde, les entrevistades reconocen que las herramientas del amo no pueden contribuir a la consecución de las luchas transfeministas. El cercamiento, la propiedad privada, el mercantilismo, el extractivismo de datos y los mecanismos de control aparecen como lógicas adversas para sus aspiraciones, mientras que la autonomía, la participación y el conocimiento compartido que habilita el software libre abren intersticios para una apropiación transfeminista de las tecnologías.

Conclusiones

Los estudios que indagan las causas de la brecha de género en software libre se han orientado al análisis de las dinámicas de comunicación, organización y jerarquización que caracterizan el funcionamiento de las comunidades. El uso de lenguaje agresivo, la marcada impronta informática y los estereotipos heredados de ese campo, y la centralidad de la programación como actividad que da vida al software libre son algunos de los factores identificados que tienen mayor incidencia en este fenómeno.

En vistas de transformar este escenario, un conjunto de experiencias que vienen teniendo lugar en los últimos años en el contexto local buscan no sólo convocar a mujeres y personas LGTTBIQ+ e incrementar la participación en términos cuantitativos, sino también suponen un diálogo más profundo entre software libre y transfeminismo. En este sentido, la aproximación que planteo en este trabajo propone una mirada atenta sobre los aprendizajes desarrollados por un grupo de activistas, a fin de reconocer los elementos y las estrategias que, en sus trayectorias, han fomentado un acercamiento y apropiación transfeminista del software libre.

Estas iniciativas, aún incipientes, comparten algunos aspectos que permiten vislumbrar de forma preliminar nuevos escenarios. La llegada al software libre a través de personas que reconocen sus intereses y necesidades aparece como un punto de partida fundamental para iniciar un camino de exploración, autonomía y construcción colaborativa. Por otra parte, la dimensión política de las tecnologías que estas figuras acercan es otro de los rasgos que atraviesa a estas experiencias y que ofrece lugares de encuentro para la consecución de propósitos transfeministas y libres.

Otro aspecto compartido reside en las prácticas lúdicas y exploratorias que el software libre habilita y promueve. Así, los aprendizajes que transitan les entrevistades contribuyen a desnaturalizar la pretensión de universalidad del hacker como único sujeto válido que conoce y que produce.

Finalmente, se organizan en comunidades donde el trabajo horizontal y colaborativo, junto con la mirada no neutral ni instrumental de las tecnologías y el deseo de transformación de las desigualdades, permiten interpelar las prácticas, los saberes y los discursos tradicionales en este campo. De este modo, en comunidad con otres, disputando cercamientos y hegemonías, estes activistas también hacen –diseñan, producen, mantienen, divulgan– software libre.

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Notas

1 Se conocen como las cuatro libertades esenciales a un conjunto de requisitos que deben cumplir los programas informáticos para ser considerados software libre. Fuente: https://www.gnu.org/philosophy/free-sw.html#four-freedoms [Consulta: julio de 2021].

2 GNU es un sistema operativo de tipo Unix, lo cual significa que se trata de una colección de muchos programas: aplicaciones, bibliotecas, herramientas de desarrollo y hasta juegos. El desarrollo de GNU, iniciado en enero de 1984, se conoce como Proyecto GNU. Fuente: https://www.gnu.org/ [Consulta: julio de 2021].

3 Una acepción construida y consensuada colectivamente describe al hacker como: «Una persona que disfruta explorando los detalles de los sistemas programables y cómo ampliar sus capacidades, a diferencia de la mayoría de los usuarios, que prefieren aprender sólo lo mínimo necesario». Asimismo, un hacker tiene «la creencia de que el intercambio de información es un poderoso bien positivo, y que es un deber ético de los hackers compartir su experiencia escribiendo código abierto y facilitando el acceso a la información y a los recursos informáticos siempre que sea posible». Fuente: entradas Hacker y Hacker ethics en The Jargon File (versión 4.4.7) http://catb.org/jargon/html [Consulta: julio de 2021].




Cecilia Ortmann | Universidad Nacional del Litoral - Universidad de Buenos Aires, Argentina

cortmann@fich.unl.edu.ar

Licenciada y profesora en Ciencias de la Educación (FFyL-UBA). Finalizó su tesis doctoral en la misma área, cuyo tema de investigación trata sobre la formación universitaria, profesional y activista en informática desde la perspectiva de género. Docente e investigadora en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral.

Docente de Educación Sexual Integral en institutos del profesorado de la Ciudad de Buenos Aires y en instancias de formación docente continua. Participa en diferentes espacios de activismo en género y software libre.


Fecha de recepción: 29/08/2021

Fecha de aceptación: 21/10/2021